Las posibilidades de la depreciación para del guaraní a fin de año son bajas

Publicado en fecha 13-08-2025

La Vicepresidente de Basa Capital, Andrea González, realiza un exhaustivo análisis sobre la coyuntura cambiaria en el país, tras los acontecimientos derivados de las políticas del presidente estadounidense, Donald Trump, con impacto a nivel global y concluye que no se registrarán variaciones importantes en lo que resta del año. A continuación el análisis:


Andrea González, Vicepresidente de BASA Capital.

Las proyecciones derivadas del modelo Guaraní 2.0 apuntan hacia un escenario de relativa estabilidad cambiaria para el resto de 2025, fundamentado en la expectativa de un debilitamiento sostenido del dólar estadounidense a nivel global. Esta perspectiva se basa en múltiples factores convergentes que sugieren un ambiente internacional favorable para monedas emergentes como el guaraní.

El análisis indica que las posibilidades de una depreciación significativa del guaraní hacia diciembre de 2025 son considerablemente bajas. Los factores que sustentan esta evaluación incluyen la tendencia global hacia el debilitamiento del USD, las condiciones financieras internacionales favorables, y la política monetaria acomodaticia mantenida por los principales bancos centrales del mundo. Estos elementos configuran un ambiente propicio para la estabilidad o incluso apreciación adicional moderada de monedas emergentes.

El escenario más probable contempla una estabilización del tipo de cambio en niveles similares a los actuales, con un rango esperado entre 7.131 y 7.349 guaraníes por dólar. Esta proyección se sustenta en la operación efectiva de mecanismos de arbitraje que limitan movimientos cambiarios extremos, las condiciones externas favorables que se prevé persistan durante el período de análisis, y la política monetaria doméstica que gradualmente se tornará más acomodaticia en respuesta a las presiones desinflacionarias.

Las implicaciones para la política económica son significativas. El espacio de política monetaria creado por las presiones desinflacionarias debe ser aprovechado de manera estratégica para apoyar el crecimiento económico sin comprometer la estabilidad de precios. 

La gestión de reservas internacionales puede optimizarse considerando el contexto de estabilidad cambiaria proyectada. Además, es crucial mantener un monitoreo estrecho del índice DXY como indicador adelantado de las condiciones cambiarias locales. Todo esto, puede ser un factor muy relevante para una nueva revisión de las proyecciones macroeconómicas.