La convocatoria está impulsada por la Dirección General del Observatorio de Género, con apoyo del Instituto Técnico Superior de Formación para la Equidad Tape Jojarã. Según explicó la directora del Observatorio, Stella Villamayor, el concurso constituye un espacio académico y ciudadano que busca promover la reflexión crítica, el debate y la producción de conocimiento en torno a los principales desafíos que enfrentan las mujeres en Paraguay, especialmente en los ámbitos económico, social, político y en la construcción de una vida libre de violencia.

Las postulaciones estarán abiertas desde el 20 de agosto hasta el 20 de septiembre, de manera online. Toda la información sobre bases y condiciones, criterios de evaluación y proceso de postulación está disponible en la web del Ministerio de la Mujer: https://mujer.gov.py/articulos-cientificos-eje-2/.

El certamen tiene como propósito fortalecer la investigación con perspectiva de género, generar evidencia científica y orientar el diseño de políticas públicas basadas en datos confiables. La premiación de los artículos seleccionados se llevará a cabo el 25 de noviembre, en el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Durante el lanzamiento, la ministra de la Mujer, Cynthia Figueredo, destacó que el concurso impulsa la participación de investigadores, profesionales y estudiantes, fomentando la producción de conocimiento que respalde políticas públicas transformadoras, alineadas con los ejes institucionales del Ministerio de la Mujer: empoderamiento económico, vida libre de violencia y participación social y política.

A su vez, la viceministra Yolanda Gómez, representante del Consejo Académico del Instituto Tape Jojarã, explicó que esta iniciativa posiciona a Paraguay como un país comprometido con la generación de conocimiento riguroso y socialmente útil. “Cada investigación producida será una pieza clave para construir un acervo nacional que sirva de base para políticas inclusivas y equitativas”, sostuvo.

Finalmente, Gómez resaltó que el acceso a datos confiables y contextualizados no solo es una necesidad técnica, sino también una responsabilidad ética, fundamental para diseñar políticas públicas que transformen realidades y mejoren la vida de las personas.