Esta tasa es 0,3 puntos porcentuales superior a la de abril (3,3%) y 0,4 puntos mayor a la de marzo (3,2 por ciento). Se trata del cuarto mes de alza consecutivo, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

La aceleración de mayo se explica, de acuerdo con el comunicado del INE, principalmente por el alza de los precios de la electricidad, que bajaron en el mismo periodo hace un año, así como por un descenso de los precios de los carburantes inferior al de mayo del 2023.

El índice de precios de consumo armonizado (IPCA), que permite las comparaciones con los otros países de la zona euro, progresó también en este contexto hasta registrar 3,8% en un año, frente a 3,4% en abril.

La inflación subyacente, que no tiene en cuenta los precios de la energía y que corrige variaciones estacionales, también aceleró, aunque de forma más limitada (0,1 puntos, hasta 3 por ciento).

El alza de los precios en España había alcanzado un récord de 10,8% en julio del 2022, su nivel más alto desde 1985, debido al impacto de la invasión a Ucrania por parte de Rusia. Después se ralentizó fuertemente, aunque más tarde registró un ligero ascenso.

Su persistencia por encima del objetivo de 2% que marca el Banco Central Europeo (BCE) pone en dificultades al gobierno del presidente español, Pedro Sánchez, quien hace de la defensa del poder adquisitivo una de sus prioridades.

Sánchez decidió prolongar la rebaja del IVA a los productos de primera necesidad, y extendió las ayudas para el transporte público pero algunas de esas medidas llegan a su fin el 30 de junio.

El banco central español prevé que la inflación llegue a 2,7% en el conjunto del 2024, después de 3,4% registrado en el 2023, debido a la desaceleración progresiva del precio de los alimentos, antes de caer a 1,9% en el 2025.