La agricultura es un motor de desarrollo sustentable en Paraguay cuyos alcances se reflejan en los indicadores económicos del primer semestre del 2023 y en la evolución económica de los últimos 20 años.

Si observamos el Producto Interno Bruto, en casi dos décadas, los años negativos coinciden con las temporadas de sequía, excepto en el 2020, que fue a raíz de la pandemia. Sin embargo, esta caída no fue tan profunda porque el campo no paró, según explicó el ing. Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción, en el marco del V Congreso Paraguayo de Semillas.

En este contexto, reiteró que en el país se producen y exportan alimentos de manera competitiva, sustentable y protegiendo el medioambiente, ya que los sistemas de producción son sostenibles e incluso más del 95% de la producción mecanizada está bajo siembra directa.

Explicó que el campo trabaja  sin descanso y con sus propios recursos, consiguiendo su desarrollo y crecimiento sin programas de sostenimiento de precios, ni subsidios que distorsionan el comercio. Además, colabora con la seguridad alimentaria mundial, produciendo 11 veces más de lo que se consume a nivel local.

Cristaldo señaló que las proyecciones de crecimiento para la agricultura en 2023 están en torno al 30%, incluso más que las de las hidroeléctricas. 

“Muchas veces se dice que la macroeconomía está bien, pero no llega a la gente. Pero si miramos en el 2002, en el indicador teníamos 57,7% y en el 2022 pasamos a un 24,7%; hubo una caída importante. Creo que estamos en el camino correcto para ir calibrando las soluciones que la gente necesita”, agregó.

“Cuando se discute acerca del campo, muchas veces se mira

solo el campo y no su efecto en la cadena”, recordó, y detalló que existe un ecosistema de provisión de insumos que mueve a sectores de transporte terrestre y fluvial e importación (despachos aduaneros, maquinarias agrícolas, sistema financiero, logística, entre otros). Además de la cadena que siguen los productos para llegar a la exportación y a la industrialización.

En el mercado local -dijo Cristaldo- existe el desafío de aumentar el valor agregado de la producción de granos que se convierte en productos alimenticios para los

seres humanos y animales.

Explicó que mucho de lo que se produce se destina a balanceados para animales, los cuales vuelven a convertirse en carne para la exportación y el consumo local.

Recalcó que el sector privado productivo seguirá comprometido con el desarrollo sostenible nacional, manteniendo un trabajo serio y respetuoso con las políticas de la alianza público-privada e indicó que el desafío para las nuevas autoridades sigue siendo pasar de los dichos a los hechos, que se trabaje juntos y no quede sólo en discursos.