El presidente del Banco Central del Paraguay (BCP), José Cantero Sienra, cometió una grave irregularidad al sancionar a una entidad por faltas cometidas cuando él mismo era Gerente General. Con ello incurrió en un incumplimiento legal y en un abierto caso de conflicto de intereses. Conjuntamente con el Directorio, firmó una resolución, sancionando a una entidad financiera de la cual él formaba parte anteriormente, por irregularidades que sucedieron cuando él era Gerente General de dicha institución.

Cantero evitó inhibirse del caso, infringiendo las normas legales, a pesar de que estaba directamente involucrado. Como presidente del BCP decidió imponer una elevada multa a la entidad de la cual él mismo formaba parte antes de asumir la presidencia del BCP.

Con la connivencia de sus colegas del Directorio y del Superintendente de Bancos, Cantero sancionó a la entidad y a sus directivos, pero llamativamente decidió “excluir” del sumario el período en el cual él mismo dirigía la entidad, en un escandaloso caso de blanqueo.

Básicamente, se detectaron irregularidades cometidas por lo menos desde el año 2016; Cantero fue gerente general desde el 2014 hasta el 2017, y ya en esos años, la Superintendencia de Bancos detectó que existieron graves irregularidades administrativas, que se arrastraron durante varios ejercicios subsiguientes, todo esto bajo la administración de Cantero.

Cantero renunció como gerente de la entidad en 2017 y fue al Directorio del BCP, asumiendo cómo presidente en 2018; llamativamente, el expediente del sumario se “movió” en 2023, es decir, 5 años después de su renuncia, procurando así que prescriban las graves faltas que él mismo cometió como gerente general.

Según fuentes, Cantero ordenó a sus subalternos del BCP que no incluyan en el sumario el período en el cual él mismo era gerente general de la entidad; por ello, en colusión con el Presidente, Hernán Colmán, Superintendente de Bancos, habría decidido excluir del sumario a Cantero y solamente tomó el período de tiempo 2018 – 2020 para realizar las investigaciones que derivaron en la sanción. 

De esta manera, la Superintendencia de Bancos (SB) “cajoneó” el expediente, de manera a crear artificialmente un período más corto de tiempo que debería considerarse para el sumario, blanqueando así al presidente Cantero.

No obstante, en los informes de la SB, según las fuentes, se evidencia que las irregularidades en realidad venían arrastrándose por lo menos desde el año 2016, cuando Cantero era el responsable de dirigir la entidad que hoy fue sancionada.

La resolución que adoptó el Directorio del BCP el pasado 8 de junio y constituye un acto administrativo arbitrario, que se funda en criterios subjetivos y no objetivos, ya que se sanciona a determinadas personas de intachable trayectoria y, llamativamente, se excluye a José Cantero, a pesar de que él era el principal responsable de las gravísimas irregularidades detectadas, sin que jamás haya sido investigado y mucho menos penalizado por las mismas, según aseguran las fuentes.

Para tornar más escandalosa la situación, José Cantero tomó personalmente la decisión de suscribir el acto administrativo, omitiendo así inhibirse en un sumario, en el que claramente tenía interés y el cual él se benefició económicamente, que habría percibido gratificaciones y premios en dicha entidad, mediante la manipulación de resultados.

Al no haberse abstenido del caso, Cantero cometió una grave infracción a las normas legales y se ve involucrado en un caso de conflicto de intereses, que debería tener consecuencias administrativas, civiles y penales, dado que se trata no solamente de una arbitrariedad, de parte de una persona que al estar al frente del BCP debe encargarse de promover la estabilidad del sistema financiero, según uno de los objetivos fundamentales, de acuerdo a su carta orgánica.