La escalada estuvo impulsada por la trayectoria al alza de los precios de energéticos, que observó una fluctuación anual promedio de 26,2%, también la más alta en tres décadas.

De acuerdo con información comparada de la Organización entre sus países miembros, en el primer mes del año, los precios de los alimentos también registraron una importante escalada de 7,5% en su registro a 12 meses.

La entidad evidenció que durante enero y aún antes de la invasión de Rusia a Ucrania, la presión alcista de la inflación fue generalizada entre los miembros de la OCDE, donde se encuentra México.

Tres de ellos resultaron los líderes en enero al observar registros de doble dígito en la inflación, encabezados por Turquía (48,7% anual); Lituania (12,4%) y Estonia (11,3 por ciento).

El fin de semana, el investigador y catedrático del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), Olivier Blanchard, estimó que como consecuencia de la invasión, se puede anticipar un aumento temporal de los precios de la energía y la prolongación de cuellos de botella en los canales de suministro de insumos. Factores que van a presionar al alza la inflación.

Si se ordenan los demás integrantes de la OCDE en función de la variación de la inflación, después de los líderes citados quedarían República Checa (9,9%); República de Eslovaquia (8,4%); Hungría (7,9%); Estados Unidos (7,5%); Letonia (7,4%) y México (7,1 por ciento).

De hecho, al poner el foco en las presiones al alza de la inflación reportadas por la OCDE en México, se observa que los precios de energéticos registraron una variación de 6,8% anual en enero de este año, nivel que está arriba del objetivo de inflación de 3 +/- 1 punto porcentual.

La inflación de alimentos se encontraba en 11,9% anual, que es casi cuatro veces el objetivo de inflación de Banco de México.

Expertos del Fondo Monetario Internacional han explicado que la población de economías emergentes y de bajos ingresos son quienes han tenido que soportar con más fuerza la escalada mundial de precios de alimentos.

Lo anterior porque un tercio del gasto familiar en estos segmentos se destina al consumo de alimentos. En contraste, las economías avanzadas como Estados Unidos, destinan al menos una séptima parte de sus compras a este mismo rubro.

En el caso de Estados Unidos, según los datos de la OCDE, la inflación de alimentos trae una fluctuación de 7,3% anual mientras que la de energéticos muestra una variación de 27,3%, también a 12 meses.

En el estudio económico de la OCDE para México, se detalla que de persistir en niveles altos de inflación, se erosionará el poder adquisitivo sobre todo de las familias más vulnerables.