La política fiscal es más adecuada que la política monetaria para hacer frente a los nuevos choques, afirma el FMI

Publicado en fecha 25-04-2022
Los gobiernos europeos deben hacer frente a las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania a través de la política fiscal, para permitir que la política monetaria se normalice ante la elevada inflación, dijo el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En sus perspectivas económicas regionales para Europa, el FMI señaló que una guerra prolongada en Ucrania aumentará el número de refugiados que huyen a Europa, agravará los cuellos de botella en la cadena de oferta, añadirá presiones a la inflación y profundizará las pérdidas de producción.

El mayor riesgo, según el informe, es que Rusia repentinamente deje de suministrar petróleo y gas a Europa, lo que provocaría importantes pérdidas de producción, especialmente en Europa central y del Este.

El informe señala que, para el conjunto de la Unión Europea, el cese total de las importaciones rusas de petróleo y gas podría suponer una pérdida de 3% del PIB en el 2023, con un impacto individual que variaría en función del grado de dependencia de las importaciones rusas.

“La política fiscal es más adecuada que la política monetaria para hacer frente a los nuevos choques”, dice el informe del FMI.

“Debe permitirse que los estabilizadores fiscales automáticos funcionen libremente, mientras se asigna un gasto adicional para el apoyo humanitario a los refugiados y para las transferencias a los hogares de bajos ingresos y a las empresas vulnerables, pero viables”, menciona.

La inflación en los 19 países que comparten el euro alcanzó máximos históricos de 7.4% anual en marzo, según los últimos datos, principalmente por el incremento de los precios del petróleo y el gas. El Banco Central Europeo quiere mantener la inflación en 2% y anunció que endurecerá su política monetaria en julio.

“Con la inflación muy por encima de los objetivos, la política monetaria debería mantener el rumbo hacia la normalización”, expresó el FMI.

Explicó que el ritmo de retirada del estímulo monetario debe variar en función de las circunstancias económicas, procediendo más rápidamente cuando las expectativas de inflación corran el riesgo de desanclarse y que es importante que los responsables de la política monetaria eviten la aparición de espirales de precios y salarios.

El FMI pronosticó a principios de esta semana que, debido a la invasión de Rusia a Ucrania, el crecimiento económico de los 19 países que comparten el euro sería de 2,8% en el 2022, 1,1 puntos porcentuales menos que su previsión de enero.

El crecimiento de la zona euro se ralentizará aún más, a 2,3% el próximo año, 0,2 puntos porcentuales menos de lo estimado también en enero.

Cifra récord en precios al productor en Alemania
En este contexto, el Índice de Precios al Productor (IPP) en Alemania registró la cifra más alta desde 1949, al ubicarse en 30,9%, comparado con marzo del año pasado cuando registró 3,7 por ciento, de acuerdo con cifras publicadas hace unos días la semana pasada por parte de la Oficina Federal de Estadística de Alemania, Destatis.

Estos resultados contienen las primeras implicaciones económicas derivadas del ataque de Rusia a Ucrania. El factor principal del aumento de los precios al productor sigue siendo el incremento del precio de la energía, según Destatis.

En su conjunto, los precios de la energía aumentaron 83,8% respecto a marzo del año pasado y 10,4% comparado con febrero de este año, esto debido al gran incremento del costo del gas natural, el cual fue de hasta 144,8% respecto a marzo del 2021.

La semana pasada, el Fondo Monetario Internacional redujo en 1,7 puntos porcentuales su perspectiva de crecimiento para Alemania al ubicarla en 2,1% para el 2022 y 2,7% en el 2023.

Los precios de la electricidad aumentaron 85,1% y los precios de los productos petrolíferos 61,3 por ciento.

Los precios de los bienes de consumo no duradero aumentaron 9,6% con respecto a marzo del 2021 e incrementaron 2,9% comparado con febrero del 2022. De marzo del 2021 a marzo del 2022, los precios de los alimentos subieron 12,2 por ciento.

“El alcance y, en particular, la amplitud del aumento de los precios al productor sugiere que la inflación alemana seguirá siendo muy alta durante mucho tiempo”, mencionó al Financial Times, Andrew Kenningham, economista de Capital Economics.