El Banco Central Europeo (BCE) prorrogó su política monetaria a pesar del récord de inflación en enero en la zona euro y decidió mantener sus tasas de interés en su nivel históricamente bajo.

Las esperanzas del BCE de un descenso gradual de la inflación se vieron frustradas con el anuncio del miércoles de un aumento del 5,1% anual en enero, que rompió el récord anterior de diciembre (5.0%).

Pero pese a la presión de otros bancos centrales para que actúe y frene la inflación, la institución con sede en Fráncfort confirmó el jueves, tras la reunión del consejo de gobierno, las medidas adoptadas en diciembre.

Así, a finales de marzo, cesarán como estaba previsto las compras de activos en el marco del mecanismo de emergencia, llamado PEPP. Las compras ascendían a casi 1,63 billones de euros a finales de enero de un total previsto de 1,85 billones.

Además las principales tasas de interés del BCE se mantendrán en su mínimo histórico y se espera que solo suban tras el final de las compras netas de deuda, lo que probablemente no ocurrirá en 2022, tal y como dijo en varias ocasiones la presidenta del BCE, Christine Lagarde.

Al mismo tiempo, el Banco de Inglaterra (BoE) anunció este jueves que subirá su principal tasa de interés hasta el 0.5% para hacer frente a la inflación en el Reino Unido.

En las últimas semanas, se han atenuado los temores de que la variante ómicron del coronavirus paralice la economía. La preocupación se centra ahora en la elevada inflación y el riesgo de que los precios se disparen aún más por el riesgo de un conflicto entre Rusia y Occidente en Ucrania.