Mujeres feriantes de Curuguaty potencian producción diversificada de la mandioca

Publicado en fecha 05-09-2019
 
Con el nombre “jaipuru ñande mandi’o – usemos nuestra mandioca”, comités de mujeres feriantes de Curuguaty, departamento de Canindeyú, diversifican producción de la mandioca para autoconsumo y la comercialización. Esta iniciativa forma parte de lo trabajado por el programa nacional de voluntariado profesional AROVIA, a través de un voluntario.

Jaipuru ñande mandi’o, es un proyecto que tuvo como fin la generación de alternativas de producción, mediante la elaboración de harina de mandioca, y que involucro la participación de 23 mujeres, integrantes de la asociación de comités de mujeres feriantes del referido distrito.

“Actualmente existe una gran demanda de la harina de mandioca, ya que es utilizada en las confiterías para la elaboración de postres, en la industria de panificados y pastas, no obstante, su producción es escasa en la región, por lo tanto, debe ser importada desde el Brasil con un costo mucho más elevado”, refirió Diosnel Gaona, voluntario impulsor de la iniciativa.

Esta producción constituye una alternativa de renta válida para la agricultura familiar, por la abundancia de la materia prima, además de un muy bajo costo de elaboración y un precio de venta significativo, siendo su procesamiento tan sencillo, que permite involucrar a todos los miembros de la familia.

Parte del proyecto incluyó una serie de capacitaciones y prácticas, para la elaboración de la mencionada harina. Como resultado alentador del mismo, las feriantes ya se encuentran comercializando sus productos.

Cabe resaltar, que el distrito de Curuguaty es uno de los productores de mandioca mayormente reconocidos en el país, y el destino de la producción son principalmente los centros de comercialización para el consumo en fresco, o bien como materia prima para las industrias almidoneras, generando rentabilidad en muchos casos solo de subsistencia.

AROVIA dentro de línea de acción implementa una metodología de innovación social en territorio, es decir, mediante un voluntario trabaja en la generación de un valor para la sociedad a través de la introducción de un producto, servicio o proceso novedoso que satisface una necesidad social de mejor forma que las soluciones existentes, produciendo un cambio favorable al sistema social.

Es, además, la primera experiencia nacional de voluntariado impulsada desde la STP, que trabaja un modelo participativo de gestión territorial con actores locales.