Esta decisión desestimulará a los bancos invertir en instrumentos de regulación monetaria y esos recursos podrán ser destinados a la colocación de créditos a los distintos sectores de la economía. Consecuentemente, los agentes económicos pueden esperar tasas de interés más bajas en las distintas modalidades de créditos. Asimismo, pude significar un mayor dinamismo en el comportamiento del crédito.

El CEOMA argumentó para tomar la decisión, de que en el plano internacional continúa la evolución favorable de las principales economías avanzadas, aunque persiste cierto grado de incertidumbre.

Por su parte, la dinámica de recuperación de la economía regional permanece frágil y sujeta igualmente a un elevado nivel de incerteza. En lo interno, el conjunto de indicadores de la actividad económica divulgados desde la última reunión del CEOMA muestra señales que son más compatibles con una menor expansión de la economía en el corto plazo. Los números finales del indicador mensual de actividad para el segundo trimestre muestran una ralentización que abarca sectores no relacionados con los fenómenos climáticos de ese periodo.

Adicionalmente, los índices adelantados de actividad muestran una dinámica por debajo de lo esperado para el mes de julio. Por su parte, el comportamiento de la inflación permanece favorable y las expectativas permanecen bien ancladas. Las distintas medidas de la inflación subyacente han seguido con una trayectoria descendente, mientras que el estimador de la inflación núcleo se ha estabilizado por debajo de la meta de política monetaria.

En este contexto, el Comité considera que es oportuno adoptar un perfil de política monetaria más expansivo. El CEOMA resalta que la convergencia de la inflación para la meta en 2017 y 2018 es compatible con una flexibilización moderada y gradual de las condiciones monetarias. La magnitud y ritmo de dicha flexibilización dependerán de la evolución futura de las variables macroeconómicas relevantes, internas y externas.