Remesas en América Latina crecieron 8% en el 2023

Publicado en fecha 21-02-2024
En 2024, se prevé que los flujos de remesas hacia los países de ingreso bajo y mediano se reducirán al 2,4 %, reflejando principalmente la desaceleración del crecimiento económico en varios países de ingreso alto. 

Después de alcanzar cifras récord en los últimos dos años, las remesas crecieron a un ritmo más lento en 2023. En la última edición de la Reseña sobre migración y desarrollo se indica que las remesas hacia los países de ingreso bajo y mediano disminuyeron al 3,8 % en 2023, después de haber alcanzado un promedio de alrededor del 9 % en 2021 y 2022. 

Si bien se estima que los flujos alcanzaron los USD 669 000 millones este año, el riesgo de que disminuyan los ingresos reales de los migrantes sigue siendo motivo de preocupación ante la inflación mundial y las perspectivas de bajo crecimiento.

El crecimiento de las remesas en 2023 fue particularmente alto en América Latina y el Caribe (8 %) debido a una tasa de desempleo históricamente baja en Estados Unidos , y en Asia meridional (7,2 %) en gran parte producto del aumento constante de las remesas hacia India. 

Este crecimiento fue más moderado en Asia oriental y el Pacífico (3,0 %), aunque llegó al 7 % si se excluye a China, y en África subsahariana se registró la misma tasa de aumento que en Nigeria (1,9 %), el mayor receptor de remesas de la región. 

Después de las enormes transferencias de dinero, probablemente únicas, de la Federación de Rusia a Europa y Asia Central en 2022, las remesas hacia esa región disminuyeron un 1,4 % en 2023; los flujos se vieron afectados por las fluctuaciones de los precios del petróleo y, en particular, un debilitamiento del rublo frente al dólar estadounidense. 

En Oriente Medio y Norte de África, las remesas disminuyeron un 5,3 %, en parte debido a que las grandes diferencias entre el tipo de cambio oficial y el paralelo en algunos países alentaron el desvío de flujos hacia canales no oficiales.

En 2024, se prevé que los flujos de remesas hacia los países de ingreso bajo y mediano se reducirán al 2,4 %, reflejando principalmente la desaceleración del crecimiento económico en varios países de ingreso alto. 

Los riesgos para las perspectivas se inclinan hacia la baja, ya que podría producirse un mayor deterioro de la guerra en Ucrania y el conflicto de Oriente Medio, y debido al aumento de la volatilidad de los precios del petróleo y de los tipos de cambio y una desaceleración económica más profunda de lo previsto en los principales países de ingreso alto.

El costo del envío de remesas a las regiones en desarrollo siguió siendo alto en el segundo trimestre de 2023, y llegó al 6,2 %, más del doble de la meta del 3 % establecida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030. 

Los costos promedio más altos siguieron registrándose en África subsahariana (7,9 %) y los más bajos en Asia meridional (4,3 %). Solo dos de los países del G20 (Grupo de los Veinte) —Arabia Saudita y la República de Corea— lograron la meta del G20 de reducir los costos de las remesas al 5 %.

A pesar de las crisis y las incertidumbres, las remesas se han convertido en la principal fuente de financiamiento para los países de ingreso bajo y mediano, superando en más de USD 250 000 millones los flujos de inversión extranjera directa , que fueron muy volátiles en 2023. 

En una sección especial de la reseña, se describe cómo se puede movilizar el financiamiento de la diáspora para favorecer el desarrollo y mejorar la situación de endeudamiento de un país. 

Los bonos de la diáspora se pueden estructurar para aprovechar directamente los ahorros de la diáspora que se mantienen en destinos extranjeros. 

En muchos países, se facilita la llegada de los depósitos de los no residentes para atraer el ahorro de la diáspora en divisas extranjeras. Dichos depósitos pueden ser de gran magnitud. 

Por ejemplo, el programa de depósitos de no residentes de India, operativo en las últimas décadas, tuvo depósitos totales equivalentes a USD 143.000 millones en septiembre de 2023.

 Sin embargo, a diferencia de los bonos de la diáspora, esos ahorros tienden a ser a corto plazo y volátiles, por lo que no son herramientas apropiadas para financiar proyectos de desarrollo a largo plazo.

Los países en desarrollo pueden utilizar las futuras entradas de remesas como garantía para reducir los costos de los préstamos internacionales otorgados por los bancos nacionales. 

Las remesas también pueden desempeñar una función importante en la mejora de la capacidad de un país para reembolsar la deuda, debido a su gran volumen en relación con otras fuentes de divisas, su naturaleza anticíclica y su contribución indirecta a las finanzas públicas (por ejemplo, al aumentar los ingresos provenientes de los impuestos al consumo, así como los ingresos por monedaje a medida que las remesas se depositan en el sistema bancario). 

La contribución de las remesas a la sostenibilidad de la deuda en los países de ingreso bajo se reconoció en la revisión de 2017 del marco de análisis de sostenibilidad de la deuda del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. 

Este cambio se asoció con una mejora significativa en la evaluación de la sostenibilidad de la deuda en algunos países con grandes entradas de remesas. Asimismo, los resultados econométricos muestran que la inclusión de las remesas en el denominador de la relación entre deuda y exportaciones en los países de ingreso mediano con grandes ingresos por remesas mejoraría su calificación de la deuda soberana en un nivel.
Fuente: Banco Mundial