El futuro de Paraguay está en Concepción

Publicado en fecha 02-09-2022
El presidente del Banco Basa, Carlos Fernández Valdovinos, expresó estar fascinado y encantado con la región del norte del país, tras sobrevolar la fábrica de Cementos Concepción, el Frigorífico Concepción y la Industria Celulosa Paracell.

Fue durante su presentación de Basanomics en la Expo Norte, realizada en la ciudad de Concepción, que dio color y esperanzas a los indicadores no muy favorables, por el estancamiento económico y alta inflación, que no son fenómenos que afectan solo a la economía local, sino a nivel mundial.

Sin embargo, el potencial que sustentan las nuevas e históricas inversiones en la zona generan un gran optimismo para lo que será el próximo año, en que los indicadores de la economía apuntan a estabilizarse y se muestran mucho más optimista.

Por su parte, la economista Lea Giménez expresó que mientras la pandemia afectaba al país, da la impresión que a Concepción no le afectó, por todo el desarrollo que viene mostrando. Señaló que es una oportunidad única que el país no debe desaprovechar.

Fernández Valdovinos también señaló que el 2023 igualmente se presenta difícil, pero que Paraguay estará bastante mejor que el resto de los países en la región. Enfatizó que a su criterio el año 2023 será desafiante.

La presentación tanto de Fernández Valdovinos, como la de Lea Giménez enfatizan la proyección de un cierre del año con un producto interno bruto (PIB) de -0,5 a -1%, una inflación de 8,5 a 9% y un déficit fiscal equivalente al 3 a 3,5% del PIB y un tipo de cambio de 7.200 guaraníes por cada dólar, como precedentes a un 2023 desafiante.

En base a estos pronósticos Fernández Valdovinos recomienda un mayor ajuste de tasas de interés de política monetaria, debido a que, si bien la inflación tiende a converger al objetivo de la meta de inflación para el país, si las medidas de política monetaria no se toman, es probable que la alta inflación persista por más tiempo.

Mientras tanto, Giménez señala que se debe racionalizar los gastos para reducir el déficit, que debe converger nuevamente al equivalente al 1,5% del PIB, que actualmente se encuentra en niveles del 3,5%, más del doble del techo del déficit que es manejable y sostenible en el tiempo.