EE.UU pone fin a las relaciones comerciales con Moscú y Bielorrusia

Publicado en fecha 08-04-2022

El Congreso de Estados Unidos aprobó, por unanimidad, poner fin a las relaciones comerciales normales con Moscú y Bielorrusia, además de reglamentar la prohibición de importar petróleo ruso, allanando el camino a la Casa Blanca para nuevas medidas de presión sobre el presidente ruso, Vladimir Putin, por su invasión a Ucrania.

El Senado y la Cámara de Representantes aprobaron la revocación del estatuto comercial de Rusia y Bielorrusia, en una poco usual demostración de fuerte cohesión bipartidista en los últimos tiempos.

La medida que revoca el principio de reciprocidad comercial de la “cláusula de nación más favorecida”, permite a los países occidentales imponer fuertes aumentos de los aranceles a productos rusos.

El proyecto de ley también requiere que Estados Unidos solicite la suspensión de Rusia de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

En lo que respecta a Estados Unidos, sólo dos países están actualmente excluidos de este principio de reciprocidad: Cuba y Corea del Norte.

Las relaciones comerciales normales permanentes, nombre que le da Estados Unidos, es un principio clave de la OMC conocido como estatuto de nación más favorecida. Exige que los países se garanticen mutuamente un tratamiento arancelario y normativo igualitario.

De acuerdo con el gobierno estadounidense, los países que logran el estatus de nación más favorecida reciben ventajas comerciales específicas, como aranceles reducidos sobre bienes importados.

Las últimas sanciones comerciales –que también se aplican a Bielorrusia, aliada de Rusia– culminaron una serie de rondas y medidas destinadas principalmente a romper los lazos económicos y financieros de Moscú con el resto del mundo.

Han incluido la prohibición de las importaciones de petróleo ruso, el embargo de los activos de multimillonarios vinculados a Putin y la congelación de reservas del país.

El año pasado, Estados Unidos importó de Rusia algo menos de 30,000 millones de dólares en productos, incluidos 17,500 millones en petróleo, al que Washington acaba de imponerle un embargo total.

El Congreso también votó a favor de prohibir la importación de energía rusa, siguiendo los pasos del presidente Biden quien, a principios de marzo, anunció un embargo de esas materias por decreto.

Embargo al carbón ruso
En tanto, la Unión Europea (UE) aprobó un embargo sobre el carbón ruso y el cierre de los puertos europeos a los barcos de ese país, en el marco de la quinta ola de sanciones contra Moscú.

El embargo también incluye medidas que restringen las exportaciones de bienes de tecnología de punta a Rusia por 10,000 millones de euros (casi 11,000 millones de dólares) y las congelación de actividades de varios bancos rusos.

Se trata de la primera vez que los miembros de la Unión aprueban medidas contra el sector energético ruso, del que dependen muchos países de Europa.

La UE importa 45% de su carbón de Rusia, por un valor de 4,000 millones de euros al año (4,350 millones de dólares).

El embargo entrará en vigor a principios de agosto.

G7 veta nuevas inversiones
El G7, que agrupa a las economías más avanzadas, también acordó imponer nuevas sanciones contra Rusia.

Los líderes de la organización decidieron vetar nuevas inversiones en sectores clave de la economía rusa, incluyendo el sector energético, reducir aún más los intercambios comerciales y endurecer las restricciones contra los bancos rusos y empresas estatales del país, precisó el grupo en un comunicado.

“Seguiremos desconectando a los bancos rusos del sistema financiero mundial. Ya hemos degradado significativamente el sistema financiero de Rusia, al apuntar a las transacciones que involucran los activos del banco central y una serie de otras instituciones financieras”, señalaron.

Las medidas siguen sin incluir, por el momento, un embargo a las importaciones de hidrocarburos rusos, reclamado por Ucrania, pero se proponen “avanzar” en sus planes de reducir su dependencia en ese campo, con una “salida progresiva del carbón ruso y una transición a la energía renovable”.

El G7 aseguró que trabajarán en conjunto con organismos internacionales como el Programa Mundial de Alimentos para hacer frente a la crisis alimentaria. Rusia y Ucrania suministran alrededor de un tercio de las ventas mundiales de trigo y cebada.