Basanomics afirma que el escenario económico local se ha vuelto mucho más complejo

Publicado en fecha 04-03-2022
El choque climático negativo y de una intensidad imprevista experimentado desde el inicio de la cosecha – en un contexto global de alta incertidumbre, altos precios y menor liquidez - y el limitado espacio de Paraguay para volver a amortiguar un choque significativo con políticas contracíclicas es preocupante, señala el informe económico trimestral preparado por el Banco Basa (BASANOMICS).

El escenario actual aumenta la posibilidad de una desaceleración del crecimiento mucho más marcada de lo previsto a finales del 2021. La economía paraguaya es resiliente y la expectativa de crecimiento de Paraguay por parte del BM en su último informe se mantuvo en 4%.

Sin embargo, estos choques múltiples tendrán un impacto muy significativo en la producción primaria, en los resultados de crecimiento económico del año en curso, y en el bienestar de las personas.

Los indicadores de empleo y el ingreso real no presentan señales de mejora significativas en los últimos 4 años.

Más allá de las mejoras asociadas a la inercia del rebote del 2021, desde finales del 2018 (previo a los choques experimentados en 2019), prácticamente no existieron mejoras significativas en ninguno de los indicadores laborales y todo apunta a que las tasas de pobreza y de pobreza extrema correspondientes al 2021 se incrementarán significativamente con relación a las ya elevadas tasas del 2020.

Luego de transitar 4 años en una economía estancada – a pesar del rebote – y de observar resultados deslucidos en lo que respecta a la calidad de los empleos generados por la economía, se evidenció la gran necesidad de acelerar la profundización de la diversidad de nuestra matriz productiva de manera a amortiguar más efectivamente choques exógenos y a generar mayores fuentes de empleos de calidad.

Asociado a esto está la necesidad urgente de dotar a la fuerza laboral, actual y futura, de capacidades y herramientas que les permita incorporarse exitosamente a la economía formal y, por ende, a empleos de calidad que garanticen la protección social y disminuyan la volatilidad de los ingresos y de la calidad de vida.