En contrapartida, el número de plásticos sigue cayendo ya por varios años consecutivos, desde que se intervino por Ley, la tasa de interés máxima cobrada por los bancos, como medida para proteger al consumidor. Al cierre del 2019 860.625 plásticos de las distintas marcas estaban vigentes entre los clientes de bancos, frente a las 883.796 tarjetas que estaban vigentes al cierre del 2018. Se puede apreciar que hubo una caída de más de 23.000 tarjetas en el mercado. 

Los indicadores de la Superintendencia de Bancos revelan que al poner topes a las tasas de interés se incrementó el promedio de gastos, por lo que, con un menor número de tarjetas vigentes, hubo un aumento en la cartera.

Actualmente existen gestiones de parte de varias entidades bancarias con el objetivo de volver a dinamizar el negocio de las tarjetas y una inyección de dinamismo al consumo a través de este mecanismo de pago. De hecho, la aplicación de topes incidió fuertemente en la reducción del consumo en el comercio.