Para tal efecto, se trazaron objetivos específicos con los resultados esperados, así como la visión de mediano plazo y las prioridades estratégicas para la reforma. En este contexto, la visión o destino deseado que se propone para el Plan de Acción está fuertemente sustentada en las tres grandes orientaciones de política que definió el Gobierno Nacional, a través del Ministro de Hacienda, para la gestión de las finanzas públicas en los próximos años.

Las mismas consisten en fortalecer y hacer más equitativo el sistema tributario, a fin de incrementar la movilización de recursos nacionales para sostener el desarrollo económico/social sostenible del país; mejorar la calidad de gasto público, incrementando los recursos disponibles para el gasto de capital y asignado el gasto corriente de forma más estratégica y consecuente con el logro de los resultados esperados en la provisión de bienes y servicios públicos; incrementar la transparencia de las operaciones públicas de ingresos y gastos, el acceso público a información fiscal actualizada y confiable, y la rendición de cuentas efectiva a los poderes del Estado y la población.

Siguiendo esta política se propone focalizar las iniciativas de reforma en cinco áreas prioritarias, cada una con sus líneas estratégicas. Estas incluyen viabilizar la reforma tributaria; apuntalar la reingeniería del Sistema Integrado de Administración de Recursos del Estado (SIARE); fortalecer el registro de la información financiera pública; anclar la gestión de las finanzas públicas en el mediano plazo y sobre el enfoque de resultados; fortalecer el registro de la información financiera pública; reforzar los controles y la auditoría interna. 

Cabe destacar que el Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas (PEFA) es un instrumento para evaluar el estado de la Gestión de la Finanzas Públicas y brinda un análisis completo y basado en datos objetivos del desempeño en materia de Gestión de las Finanzas Públicas en un momento dado.