La primera conclusión que hacemos sobre en el proyecto de la Evaluación de Necesidades Tecnológicas (ENT) que la construcción de esas necesidades es participativa, afirmó el director Nacional de Cambio Climático, Ing. Ulises Lovera.

“Hemos tratado con el equipo consultor liderado por OIKO a nivel internacional y a nivel local por Investigación para el Desarrollo y Fundación Moisés Bertoni para que todos los sectores tengan un grado de involucramiento en evaluar nuestras necesidades tecnológicas y ver qué nos hace falta para enfrentar o manejar el cambio climático”, explicó el titular de la dirección dependiente del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES).

Indicó que el proceso ha sido muy enriquecedor y participativo y que se han identificado muchas necesidades tecnológicas que fueron priorizadas en las últimas semanas y a partir de ello se ha acordado una hoja de ruta cerrando un capítulo donde se seleccionaron 5 sectores priorizados, vinculados a la adaptación o mitigación del cambio climático.

Se han priorizados cerca de 15 tecnologías específicas que pasan a formar parte de las necesidades tecnológicas del Paraguay. “Ahora que sabemos cuáles son las necesidades, lo importante es cómo subsanarlas”, enfatizó.

Lovera señaló que, terminada la evaluación de las necesidades, comienza otra etapa de trabajo que es la elaboración del plan de acción tecnológica, en el que se tendrán que definir unas pocas tecnologías más abarcativas, que realmente resuelvan problemas en sectores importantes desde el punto de vista ambiental, social y económico, en lo que hace a cambio climático, por la concentración de gases de efecto invernadero.

Con la conclusión de esta etapa ya tenemos la radiografía de las necesidades que tiene el Paraguay en tecnología para hacer frente al cambio climático, tanto en lo más importante para nosotros, la prioridad nacional, que es adaptarnos a los efectos adversos, como también en el compromiso global que tenemos todos los países en el marco de nuestras necesidades comunes, pero diferenciadas en que es: en las medidas de nuestras necesidades, reducir emisiones y aportar a la torta global de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, para lograr el equilibrio atmosférico de la concentración de los mismos.

Para el director del MADES, el proceso llevado adelante dentro de la consultoría es muy satisfactorio, porque el cambio climático de por sí es complejo, debido a que, si bien el MADES con la Cancillería, por ley son las autoridades, hay un colegiado de instituciones que deben interactuar en la acción climática, tanto pública como privada y gobiernos locales, más la sociedad civil, para que las acciones climáticas sean efectivas.

Añadió que la complejidad se debe a que los efectos del cambio climático, que son de origen ambiental, pero sus implicancias no son solo ambientales, sino sociales y económicas. Consecuentemente, fue satisfactorio el proceso, y comienza una nueva tarea, que es hacer un plan y sobre todo lo más complejo es implementarlo, porque para implementar ese plan, hay una palabra necesaria: el consenso.

Explicó que el consenso es importante para que la ejecución de ese plan sea satisfactoria y cumpla con los objetivos de adaptarnos al cambio climático y colaborar en la torta global de reducción de emisiones.

Lovera también reveló que, durante la primera parte del proyecto, en algunos sectores la identificación de las tecnologías fue más sencilla y en otros más compleja, como el caso de agricultura, ganadería, producción forestal y seguridad alimentaria. En ese sentido hay un acuerdo con el Ministerio de Agricultura y Ganadería de prorrogar unos días más enviar cerradas las necesidades tecnológicas.

“Eso es lógico porque somos un país agrícola y ganadero eminentemente. Entonces, la discusión en el sector agrícola y ganadero, va a ser más amplia y llevará un poco más de tiempo que en los otros sectores, para poder llegar al consenso y lo que se busca realizar satisfaga realmente la necesidad y sea aplicable”, enfatizó el Ing. Ulises Lovera.