Importante mejora en lucha anti contrabando, pero flagelo representa aún 35% del consumo total de aceites, margarinas y grasas vegetales

Publicado en fecha 16-07-2024
Un poco más del 32% es lo que se redujo el volumen del contrabando de aceites y grasas vegetales en el comparativo de enero a mayo de este año, con relación al anterior sondeo hecho en 2023, según el análisis de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) y se espera que la nobel Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT) siga trabajando todavía con más ahínco en combatir frontal y transversalmente la ilegalidad y obtenga cada vez mejores resultados. 

Tomando como referencia que el consumo de aceites y grasas vegetales en el mercado interno es de aproximadamente 7.700 toneladas por mes, volumen que se obtuvo cruzando datos de varias fuentes estadísticas, durante los primeros meses de la pandemia del covid-19 en el 2020; en ese periodo se tuvo temporalmente cero importación de los referidos productos y cero contrabando de los mismos, entonces, para calcular a groso modo el volumen de productos de origen dudoso, se resta de la cifra estimada los datos actuales de la comercialización de la producción nacional y también de la importación legal. 

Con el término, origen dudoso, nos referimos a que al sector no solo afecta el ingreso ilegal de productos del extranjero, sino que también existe una preocupación sobre los robos que suelen sufrir las embarcaciones que transportan hacia el exterior aceite crudo desgomado de soja y de la posibilidad de que este el producto termine siendo “refinado” en instalaciones clandestinas y sin cumplir con los procesos mínimos para asegurar su inocuidad y que incluso puedan ser reempaquetados en recipientes de marcas ya establecidas en el mercado. 

En el anterior sondeo realizado entre enero y setiembre del 2023 se observó que los aceites y grasas vegetales de origen dudoso representaban unas 4.030 toneladas, mientras que los resultados obtenidos entre enero y mayo de este año arrojan el volumen de 2.710 toneladas en ese concepto, cifra que representa una disminución del 32,5%, respecto al resultado del 2023.

Desde otra perspectiva de medición, el contrabando de aceite y grasas vegetales disminuyó en 17 puntos porcentuales, porque entre enero y setiembre del 2023 el consumo mensual de dichos productos de dudoso origen fue de unas 4.030 toneladas, cifra que representaba un 52% de las ventas locales, mientras que entre enero y mayo de este año el volumen mensual de consumo de productos de dudoso fue de 2.710 toneladas, que constituyen un 35% en relación con el consumo del mercado local.

Se destaca que las incautaciones de aceites comestibles hechas por la división anti contrabando de la DNIT, entre el 15 de agosto de 2023 y el 3 de julio de este año, fue de un total de 136.560 litros. Además, en forma general, la institución logró quebrantar esquemas de contrabando en los distintos rubros a nivel país por un monto total aproximado de US$ 16,9 millones, acorde con el informe oficial.

Es importante recordar que el contrabando no solo resta las ventas de productos nacionales, sino que también pone en peligro miles de puestos de trabajo en la industria. Cappro aglutina a diez industrias aceiteras paraguayas que emplean directamente a 2.200 personas y a otras 6.600 de manera indirecta, por eso celebra el trabajo realizado por el Gobierno para lograr la disminución de uno de los flagelos que castigan al sector, a su vez que lo exhorta a seguir implementando nuevas medidas que frenen todavía más la informalidad, a modo de proteger a todas las empresas formales, al trabajo de los paraguayos y generar más oportunidades. 

Para el gremio, el contrabando es un generador de pobreza que perjudica no solo al Estado al dejar de recaudar millones de dólares en impuestos sino también a miles de personas que no reciben sueldo mínimo ni cuentan con seguro social o que pierden sus empleos debido al cierre de empresas y negocios que no pueden competir contra los precios de productos ilegales. 

A esto se suma la ausencia de controles que certifiquen el buen estado de estos productos para la consumición, poniendo en riesgo la salud de los que deciden comprar esos productos de origen dudoso.