El presidente del INDERT, Francisco Ruiz Díaz, informó que se iniciaron las tratativas con técnicos y autoridades de la AFD, encabezados por el gerente de fiducias, Héctor Cañete, para encontrar la figura que permitirá titular tierras que fueron donadas por los sacerdotes Franciscanos a la Municipalidad de Lima.

Explicó que la Municipalidad no cuenta con las herramientas, la tecnología, ni la experiencia para formalizar las propiedades cedidas a los pobladores de una propiedad que inicialmente contaba con 15.000 hectáreas. Mientras que el INDERT cuenta con esas herramientas para la distribución cobranza y titulación de las tierras, dentro de un contrato de fideicomiso que puede administrar la AFD, como entidad fiduciaria.

El distrito de Lima tiene una muy rica historia, cerca de dos siglos y medio. Se creó en 1792, era una Reducción Franciscana y en ese entonces, el inmueble estaba a nombre del Fray Pedro Bartolomé, de la orden franciscana. Cuando ellos se retiraron del país, decidieron donar el inmueble al municipio, pero el documento de traslado de dominio se había perdido y el municipio no disponía del título original para la transferencia a los ocupantes.

Es una ciudad que tiene aproximadamente 12.000 habitantes, unos 3.000 en la zona urbana y 9.000 en la zona rural. Y esos de la zona rural están asentados sobre una propiedad de 15.000 hectáreas. Como se perdió el título, pasó el tiempo y se fue perdiendo la historia, hasta que un poblador limeño se encontró en forma accidental con el título de propiedad, en una fotocopiadora y descubrió que todas las propiedades de la zona rural y urbana pertenecen al municipio de Lima.

En contraste con la realidad, el IBR había hecho una mensura, se había alzado con las 15.000 hectáreas y empezó a hacer transferencias de los inmuebles y ocurrió lo que comúnmente se conoce como superposición de títulos: dos propietarios un único inmueble y 2 títulos. Entonces se produce el inconveniente, el IBR reconoce el título original, se retira de la ciudad de Lima y deja de realizar transferencias.

De esas 15.000 hectáreas no se volvió a transferir ninguna propiedad. “Hace poco nos reunimos con las autoridades de Lima y la pregunta es cómo resolver la situación, porque el municipio reconoció que no desarrolló capacidades para realizar transferencias: relevamiento topográfico, estudios de título, para determinar cual es la superficie, ni para iniciar un proceso de transferencia”, explicó Ruiz Díaz.

Ante esta situación y la necesidad de transferir pensamos en la herramienta financiera muy útil que se llama fideicomiso, un contrato en el que la Municipalidad otorga un mandato al INDERT, en el que defina cómo quiere que realice el proceso de desarrollo y transferencia, añadió.

En conclusión, se puede iniciar un proceso de titulación para la formalización de la tenencia de tierra de los pobladores de Lima, que tendrán su título, mediante el aprovechamiento de la capacidad del INDERT, con la administración del fideicomiso que realizará la AFD y todos terminarán ganando y el municipio podrán empezar a cobrar impuestos inmobiliarios y los propietarios podrán realizar operaciones financieras a partir de contar con el título de propiedad.