Los más elevados en el continente son Estados Unidos y Canadá, con puntajes que oscilan entre 72 y 87, según el estudio dado a conocer en el reporte de Perspectivas Económicas Mundiales.

“La volatilidad de los precios de los alimentos y la escasez categórica de alimentos tienen un impacto decisivo en el aspecto más elemental del bienestar en los países más pobres: la supervivencia. En los países de ingreso mediano, la proporción es algo menor pero considerable de todos modos, y representa alrededor de 50% del consumo total.  La volatilidad de los precios de los alimentos puede provocar enormes problemas de distribución entre los países y dentro de ellos”, señala parte del informe del Fondo Monetario, elaborado con datos de las FAO.

Los precios de los alimentos dependen en gran medida de factores que no se pueden controlar como el clima, lo cual, en muchas ocasiones pueden alterar su política comercial e interna anualmente, en pos de estabilizar los precios y las cantidades de los mercados internos de alimentos, menciona.

El FMI menciona que existen algunas acciones que pueden colaborar a contener esta problemática como el incremento de la productividad del sector agrícola y mejorar las cadenas de distribución, al igual que la coordinación regional —por ejemplo, manteniendo y gestionando reservas regionales de granos—, dos medidas que resultaron eficaces para lograr protección contra las consecuencias de la volatilidad de los precios de los alimentos en los países en desarrollo de Asia.

Cabe recordar que en Paraguay, la pobreza extrema asciende al 10% de la población, es decir, más de 500.000 personas no satisfacen sus requerimientos alimentarios mínimos por día.