“Se dice que las tecnologías de la información no han incrementado la productividad, creo que hay un problema: no se está midiendo bien la productividad, mejor dicho, se están usando enfoques anticuados”, dice Ray Kurzweil. Tenía un celular en la mano y lo mostraba como si fuera la tabla de Moisés. ¿ Quién es Kurzweil?, es uno de los principales futurólogos del mundo, inventor de la tecnología en la que se basan los sistemas de reconocimiento de imágenes y de los lectores de páginas para ciegos.

Ray Kurzweil estaba en el atrio de edificio principal del FMI, a su lado Christine Lagarde, directora gerente del Fondo; John Chambers, CEO de Cisco; Leila Janah, empresaria social que trabaja en India y África, e Hilda Moraa, empresaria y activista de Kenia. La mesa 
inauguraba el New Economy Forum. Se llamó Tecnología, Innovación y Desarrollo Incluyente.

Este panel es peculiar, reconoció Lagarde. Estamos en el FMI y no hablaremos de cuestiones financieras ni fiscales; nos ocuparemos de la innovación tecnológica, “nos interesa entender en qué casos funciona para cerrar la brecha de ingresos y oportunidades, y cuándo provoca el efecto opuesto”.

Es importante el papel del gobierno y las empresas, pero también la forma en que las personas asumen el cambio, dijo Chambers, “been disrupter or disrupted”, agregó en inglés. Esto se puede traducir libremente como ser agente de cambio de los cambios que vienen o víctima de ellos.

Las políticas tienen mucho que ver con el daño o el beneficio que producen las tecnologías, dijo Hilda Moraa. “Las políticas públicas definen si se benefician muchos o unos cuantos, si se amplían las diferencias”. Ella ha impulsado proyectos que tienen que ver con el aprovechamiento de la tecnología en Kenia. “Hace años fuimos pioneros en el uso de los celulares para el crédito masivo. Ahora estamos usando la economía de plataformas para dar otro paso en el financiamiento a productores del campo”.

Cuando hablamos de oportunidades y peligros de la tecnología, creo que se sobreestiman los peligros, dice Kurzweil. “ La tecnología ha permitido avances en la forma en que vivimos todos, los ricos y los pobres. Basta leer a Charles Dickens para ver todo lo que hemos avanzado en dos siglos. Creo que vienen cosas grandes. Antes del 2030, veremos una revolución en la medicina: podremos reprogramar los órganos. Al principio sólo serán los ricos, pero en pocos años será masivo”.

“¿Qué recomendarían al FMI?”, preguntó Lagarde. “Si yo tuviera que apostar por algo, me enfocaría en dos cosas: más atención a la brecha de género tecnológica e impulsar el Internet de alta velocidad a bajo costo para el usuario final”, dijo Leila Janah. El impulso a Internet de alta velocidad con bajo costo no es sólo para acceder a los servicios públicos, “es una forma de participar en las partes de los procesos de producción donde hay mejores ingresos. Tenemos casos que pasan de dos a ocho dólares diarios. Eso hace la diferencia”, concluyó.