La economía de Estados Unidos registrara una expansión de 1.6% este año, según los cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Este pronóstico se encuentra debajo de la previsión anterior que tenía el organismo, de 2.2%, y es también inferior a las expectativas que recién divulgó el Comité Federal de Política Monetaria de la Fed (FOMC), de 1.8 por ciento.

En su World Economic Outlook (WEO), economistas del organismo explican que la dinámica de crecimiento de EU ha perdido fuerza a partir del segundo trimestre, sobre todo por un debilitamiento persistente de la inversión no residencial y la venta de inventarios acumulados.

No obstante, prevén que para el año entrante se presente una recuperación que llevará al PIB a crecer a una tasa de 2.2 por ciento. Pronóstico, con revisión a la baja respecto del estimado en julio, de 2.5 por ciento.

Pese al recorte en las expectativas para la primera economía del mundo, el FMI considera que será compensado por la actividad menos débil de Japón, para quien corrigió al alza la previsión dejándola en 0.5%; de Alemania, para quien estima una expansión de 1.7%; de la eurozona, a quien considera que alcanzará una tasa de 1.7% este año, e India que crecería 7.6 por ciento.

Estos contrapesos favorecerán que en el promedio se sostenga la expectativa para el PIB mundial, que tiene el organismo desde julio, de 3.1% y que acelerará para el año entrante hasta alcanzar un incremento de 3.4 por ciento. Esta última previsión también se quedó sin cambios.

En el diagnóstico del FMI, a pesar del impacto económico que tendrá la separación formal del Reino Unido de la Unión Europea, hay condiciones para esperar una expansión de dicho país para este año, incluso ligeramente mejor de la prevista en julio. Así, se prevé un crecimiento de 1.8% en el 2016 desde 1.7%, previsto con anterioridad y de 1.1% para el 2017, esto es, 0.2 puntos porcentuales menos que en el estimado pasado.

El comportamiento se fundamenta en el rebote que se observa en la actividad manufacturera y en el crecimiento de las ventas y la actividad doméstica de la economía inglesa.

El panorama general para los países emergentes es de un repunte en la primera parte del año, donde los líderes son las economías de Asia emergente, para las que se prevé una tasa de crecimiento de 6.5 por ciento.

El contrapeso lo traen las emergentes de América Latina, que en conjunto registrarán una contracción de 0.6% este año; sin embargo, será revertida en el 2017, cuando estiman lograr una expansión de 1.6 por ciento.

Al interior del reporte, el World Economic Outlook, que contiene las perspectivas económicas mundiales, advierten que Brasil y Rusia, que experimentan recesiones, han arrojado signos recientemente de un retorno, lo que favorece el diagnóstico del grupo emergente.

Para Brasil esperan un tercer año consecutivo de recesión, que llegará a 3.3% en el 2016, sin cambios respecto del pronóstico de julio. Y mantuvieron la expectativa de una recuperación para el año entrante, cuando consideran que registrarán una expansión de 0.5 por ciento.

Para China, la segunda economía del mundo, prevén una estabilización de la tasa de crecimiento, conducida por un robusto consumo y actividad industrial, que les permite dejar sin cambios la previsión de crecimiento para éste y el año entrante, en 6.6 y 6.2 %, respectivamente.

El FMI estima que la economía latinoamericana tendrá una recesión este año estimada en 0.6% que, sin embargo, podrá recuperarse para el año entrante hasta alcanzar una tasa de crecimiento de 1.6 por ciento.

La caída es propiciada por la contracción de la primera economía de la región, Brasil, y la de Venezuela, para quien estiman una contracción de 10%; además de Argentina, que registrará una caída de 1.8% en su PIB.

El contrapeso lo harán Paraguay, con una expansión estimada en 3.5% para este año; Perú, que logrará un crecimiento de 3.7%, y México, que registrará un aumento en su PIB de 2.1 por ciento.