La FED mantiene la tasa de interés

Publicado en fecha 26-09-2016
La decisión por parte del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC, por sus siglas en inglés) de mantener la tasa de Fondos Federales sin cambios, en teoría, ya estaba descontada por los mercados. No obstante, una vez que se dio a conocer la decisión, se presentó un rally en distintas clases de activos riesgosos, lo que indica que la decisión no estaba descontada totalmente

De hecho, la medida se tomó con siete votos a favor y tres en contra, una de las votaciones más cerradas en los últimos dos años, lo que indica que al interior mismo del comité hay dudas sobre la prudencia de mantener las tasas de interés sin cambios.

Aunque faltan varios días para que se publique la minuta de esta reunión, podemos imaginar los argumentos a favor y en contra de subir las tasas de interés. Por un lado, encontramos que la economía des EU, que enfrentó un “bache” al arrancar el año, mantiene su recuperación después de la Gran Recesión de 2088-2009; el mercado laboral se encuentra cercano a un nivel de “pleno empleo” e incluso se sigue incrementando la tasa de participación laboral. Finalmente, sabemos que mantener las tasas de interés en niveles artificialmente bajos durante periodos de tiempo prolongados —una década se puede considerar un “periodo de tiempo prolongado”— inhibe la competitividad de las economías y la propensión al ahorro.

En contraste, entre los argumentos que respaldan mantener las tasas sin incrementos encontramos que, aunque la Fed no puede abiertamente respaldar con argumentos políticos sus decisiones, la gran incertidumbre que crea la posibilidad, aunque sea pequeña, de un triunfo del candidato republicano en las elecciones del próximo 8 de noviembre llama a la máxima cautela.

Por otro lado, la inflación se mantiene por debajo de los objetivos de la autoridad monetaria y en un entorno de laxitud monetaria por parte de algunos de los principales bancos centrales del mundo —en Japón y Europa, por ejemplo— un incremento en tasas hará que el dólar retorne su camino de apreciación relativa, lo que en principio afecta a la industria de exportación de Estados Unidos. Recordemos que la Fed enfrenta un mandato doble de estabilidad en precios y crecimiento económico.

¿Qué podemos esperar para las próximas reuniones de la FED?
La próxima reunión, el próximo 2 de noviembre, será tan sólo seis días antes de las elecciones presidenciales, por lo que podríamos esperar que la Fed mantenga las tasas. En contraste, la probabilidad de un incremento en tasas en su reunión del 14 de diciembre es elevada, si es que no se presenta algún evento sistémico de consecuencias globales, como un triunfo del candidato republicano.

El apetito por invertir en activos riesgosos a lo largo del mundo ha dependido en gran medida de una política monetaria expansiva, lo que no constituye un verdadero deseo de invertir en activos riesgosos sino una estrategia de tomar riesgos para tener “algún rendimiento”, lo que resulta adictivo y peligroso. Desafortunadamente, la transición hacia una política monetaria “normal” necesariamente implicará ajustes en el valor de estos activos y mayor volatilidad. El peso mexicano y las acciones que cotizan en bolsa mexicana pertenecen a esta clase, por lo que conforme se aproximen las elecciones presidenciales en Estados Unidos y el probable incremento en tasas del 14 de diciembre, encontraremos necesariamente picos importantes en volatilidad.

Aunque esperamos en general buenos reportes corporativos al tercer trimestre del año, tal vez no sean tan favorables como los del segundo trimestre y esto abonará a un ajuste en el principal indicador de la Bolsa, que se encuentra un poco adelantado después de tres días de rally. En este sentido, hemos decidido mantener nuestro objetivo en el IPC para este año en las 47,200 unidades, que no hemos modificado desde que inició el año. Con respecto al 2017, nuestro objetivo preliminar para el índice se ubica alrededor de las 52,000 unidades: consideremos que de cara a las elecciones del 2018, el próximo año será políticamente complicado en México.

¿Y si gana Donald Trump?
Afortunadamente, la probabilidad de que esto suceda sigue siendo relativamente baja; no obstante, en un recuento preliminar y austero de los riesgos que su presidencia implica encontramos: posibilidad de una “guerra comercial” multilateral y de larga duración que necesariamente provocará una contracción del comercio global y por lo tanto en la inversión transfronteriza, reducciones importantes en la inversión privada, salida de empresas a otros países, incertidumbre geopolítica, polarización racial de la sociedad –que necesariamente dañará la confianza del consumidor, el consumo y el empleo. Todo esto representa enormes riesgos recesivos para la principal economía mundial; por otro lado, esto también implica que, de ganar, el candidato republicano encontrará tantos obstáculos que probablemente no podrá finalizar siquiera un periodo de cuatro años por la enorme oposición que enfrentará. Todo esto constituye en sí un evento sistémico de consecuencias globales. Para México, la sola posibilidad de poner en entredicho el Tratado de Libre Comercio implica un cambio de 180 grados en la configuración del país: la transformación económica que ha beneficiado a México en las últimas dos décadas se pondría en grave riesgo. Con toda razón, pocos analistas se atreven a especular sobre los enormes riesgos que puede representar una presidencia republicana, para México y el mundo entero.

*Héctor O. Romero es director general de Signum Research.