"La inflación encima de lo esperado en el corto plazo (...) aún puede mostrarse persistente", señaló el organismo rector, que mantiene la tasa en el mismo nivel desde julio del año pasado cuando cerró un ciclo de ajuste monetario destinado a enfrentar el aumento de los precios en la mayor economía de América Latina.

"El escenario básico y el actual balance de riesgos indican que no hay espacio para la flexibilización de la política monetaria", enfatizó la nota del Central.

La decisión fue tomada de manera unánime por los miembros del Comité de Política Monetaria (Copom), reunidos desde el martes por primera vez bajo el nuevo mandato del economista Ilan Goldfajn, que llegó al cargo a inicios de junio designado por el gobierno interino de Michel Temer.

Apreciado por los mercados, Goldfajn afirmó que uno de sus principales objetivos a la cabeza de la institución será llevar la inflación hacia la meta.

En la nota, el Banco Central señaló que aún existe "incertidumbre" en torno a la aprobación e implementación de las "necesarias" medidas de ajuste fiscal, consideradas cruciales por analistas y mercado para que la economía brasileña se recupere.

El PIB brasileño cayó 3.8% en el 2015, que cerró además con una inflación de 10.67%, la mayor en 13 años.

El Banco Central proyecta una inflación de 6.9% para este año y de 4.7% para el 2017. La encuesta Focus elaborada semanalmente por el organismo, sin embargo, es menos optimista: Brasil debe cerrar este año con una inflación de 7.26% mientras que 2017 terminará con un alza de precios de 5.30 por ciento.

Para 2016, la meta de inflación es de 4.5% con un margen de tolerancia de dos puntos porcentuales en más o en menos, la misma que está proyectada para el 2017, aunque con un margen de desvío de un punto y medio porcentual.