Grandes petroleras cancelan proyectos debido al derrumbe en el precio del crudo

Publicado en fecha 09-05-2016
Las mayores firmas energéticas del mundo están dejando de lado las grandes ideas que hace apenas un par de años promocionaban como el futuro de la industria.

De Australia a Estados Unidos, las víctimas de esta situación incluyen proyectos de perforación a grandes profundidades, embarcaciones enormes que sirven como fábricas flotantes de gas natural licuado (GNL) y tecnologías capaces de reducir las emisiones provenientes de la quema de combustibles fósiles.

Royal Dutch Shell, Chevron Corp y la australiana Woodside Petroleum PLC figuran entre las compañías importantes que cancelaron o aplazaron ambiciosas iniciativas.

Shell envió un claro mensaje la semana pasada, tras anunciar una caída interanual de 83% en sus ganancias del primer trimestre. El conglomerado anglo-holandés divulgó una nueva reducción de 10% en sus gastos de capital este año para dejarlos en 30,000 millones de dólares.

Desde que los precios del crudo empezaron a derrumbarse hace casi dos años, las petroleras han postergado o cancelado proyectos por cerca de 270,000 millones de dólares, según la consultora noruega Rystad Energy.

La mayor parte de esos recortes ha recaído sobre iniciativas de alta tecnología que en su momento fueron consideradas cruciales para contar con un suministro global sustentable de energía.

El cambio supone un vuelco radical respecto de la situación que imperaba hace una década, cuando el incremento de la demanda de petróleo y una disminución de los recursos dispararon los precios del crudo y las energéticas emprendieron proyectos de vanguardia sin importar su costo.

Según los cálculos de la firma de información y análisis IHS Inc, las compañías de hidrocarburos redujeron en 15% sus gastos en investigación y desarrollo en el 2015, cuando la cotización del petróleo promedió 50 dólares el barril, respecto del 2014, cuando el promedio de precios rondó 100 dólares el barril.

EEUU entra al mercado
Los esfuerzos para reproducir el auge de la energía de esquisto de Estados Unidos en otros países también se han resentido. Los volúmenes generados por la fracturación hidráulica son los principales responsables de la caída del crudo, pero la exportación de esta técnica se ha topado con obstáculos políticos, geológicos y técnicos, agravados por el derrumbe de los precios.

Ahora, el foco está puesto en tecnologías capaces de reducir costos y mejorar la eficiencia en momentos en que las mayores energéticas siguen recortando costos y despidiendo a miles de trabajadores.

ConocoPhillips reveló la semana pasada nuevos recortes de gastos por 700 millones de dólares para este año, la mitad de los cuales resultará de la decisión de no hacer exploraciones en aguas profundas en el Golfo de México.

A su vez, Exxon Mobil Corp anunció en marzo una reducción de 25% en sus gastos de capital en el 2016 y prometió ser “muy selectiva” en sus inversiones.

La británica BP PLC dejó entrever el mes pasado la posibilidad de hacer nuevos recortes de gastos si el mercado no se recupera el próximo año.

Los precios del crudo han ascendido a sus niveles más altos del año. Los contratos Brent, la referencia global, llegaron a 48.50 dólares el barril a fines de abril.

Cautela de las empresas
De todos modos, las empresas mantienen la cautela sobre retomar iniciativas complejas y caras. “No estaríamos dispuestos a realizar un aumento significativo, aunque los precios del petróleo regresaran a 60 dólares el barril”, explicó Brian Gilvary, director financiero de BP.

Shell y Chevron encabezan ambiciosos proyectos en Canadá y Australia, respectivamente. No obstante, otros proyectos han demorado en despegar.