Divergencia en políticas monetarias impacta en precios del petróleo

Publicado en fecha 14-03-2016
Cuando los bancos centrales de economías mundiales clave asumen políticas opuestas, los precios del petróleo se reducen y generan distorsiones en la inflación mundial, aseguran analistas del Deutsche Bank (DB).

De acuerdo con ellos, las políticas agresivas de expansión cualitativa, descoordinadas, han sido el origen del colapso del precio del petróleo, que comenzó en el 2014.

Caída que ha profundizado la baja inflación y el riesgo de que se presenten eventos deflacionistas en la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, principalmente, refieren.

Previo a la semana de anuncios monetarios en el Banco Central de Japón (BoJ, por su sigla en inglés) y la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), explican que la evidencia muestra que las expansiones cuantitativas de la Fed “no parecen haber tenido un impacto positivo en la trayectoria de la economía desde la recesión”.

Y que las recuperaciones que aparentemente coincidieron con los episodios pospolítica de expansión, esto en Estados Unidos, tienen de telón de fondo recuperaciones del precio internacional del petróleo.

BCE profundiza deterioro
Al analizar la aplicación del Quantitative Easing y tasas negativas del Banco Central Europeo (BCE), detallan que entre los cuatro episodios recientes de expansión cualitativa aplicados desde mayo del 2014, en tres ocasiones cayeron las expectativas de inflación. Y sólo una vez, esto en enero del año pasado, subieron las previsiones de inflación. Pero matizan que esta reacción estuvo asociada a una recuperación temporal del precio del crudo.

No es coincidencia que en mayo del 2014, cuando el BCE dejó las tasas de interés negativas en depósitos a un día, se presentó una primera caída del precio del petróleo de los 110 dólares por barril a 108 dólares, observan.

Y mientras el BCE aplicaba su primera versión de la expansión cuantitativa, con la reducción de la tasa de depósitos a 0.10%, y recortó también la principal tasa de refinanciamiento a 0.15%, la Reserva Federal inició el retiro del Quantitative Easing. Lo que “coincidió ¿o propició?” nuevas caídas en el precio del petróleo Brent, hasta los 50 dólares por barril, en diciembre del 2014.

BoJ, sin armas
El más reciente movimiento del BoJ, su más próxima facilidad, fue aplicada en enero, cuando movió sus tasas a terreno negativo. Acción que tuvo un efecto “opuesto al origen”.

Según los analistas del DB, tras la experiencia empírica del efecto que no han tenido claramente las políticas expansivas en Estados Unidos y la UE, los mercados interpretaron la tasa negativa japonesa como una mala señal.

“La impresión es que no tienen suficientes herramientas para estimular a la economía. O que es el último instrumento que le queda”, refieren.

Además, ponen de relieve que las tasas negativas, lejos de convertirse en un estímulo para los agentes económicos, se han tornado en una especie de gravámenes para los tenedores de bonos y emisores corporativos.

Lo que ha terminado por impactar en las ganancias “significativamente menores, cuando no negativas” de los emisores corporativos, como los bancos.

El análisis del Deutsche Bank, se titula “Cuando las acciones de los bancos centrales generan reacciones largas y opuestas” y fue liderado por Binky Chadha y Parag Thatte.