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A través del comercio el FMI quiere promover el crecimiento
Publicado en fecha 07-04-2015
En medio de las inquietudes en torno a una “nueva mediocridad†en la economía mundial, conviene considerar el comercio internacional como una parte fundamental del plan de estímulo del crecimiento mundial a mediano plazo, de acuerdo con un nuevo informe del FMI
En el análisis del comercio internacional que publica cada cinco años, el FMI hace un balance de los cambios ocurridos en este ámbito y describe temas críticos para su futuro plan de trabajo.
La renovada expansión del comercio internacional, que ha perdido impulso en los últimos años, podría afectar significativamente al crecimiento de los países individualmente y de la economía mundial en su conjunto, afirma el informe.
En una charla con el Boletín del FMI, dos de los autores —Martin Kaufman y Varapat Chensavasdijai, del Departamento de Estrategia, Políticas y Evaluación del FMI— hablan del potencial de crecimiento que encierra la reforma del comercio exterior y de su efecto catalizador en otras reformas estructurales.
Boletín del FMI: ¿Por qué se está desacelerando el comercio mundial?
Kaufman: Después de la crisis financiera internacional, el comercio internacional se desaceleró porque hubo un enfriamiento sincronizado de la economía mundial. En los años siguientes, se produjo una recuperación drástica del comercio, pero en los últimos tiempos ese crecimiento ha sido mucho más lento que en el pasado. Lo que queríamos averiguar es si se trata de un fenómeno cíclico (pasajero) o algo más estructural (permanente).
Chensavasdijai: Lo que descubrimos es que alrededor de la mitad de la desaceleración del comercio exterior se debe a factores cíclicos. Pero existen otras razones de índole más estructural, relacionadas con la maduración de los procesos que llevaron a la rápida expansión del comercio internacional en las dos últimas décadas; por ejemplo, el surgimiento de cadenas de valor internacionales. Hay cada vez más productos finales —como los automotores— que se producen en un país con insumos provenientes de muchos otros, en parte gracias a la eliminación de barreras comerciales y al abaratamiento del transporte y las comunicaciones resultante del avance tecnológico. Cuando aparecieron, estas cadenas de valor internacionales fueron fuentes muy importantes de innovación en el ámbito comercial.
A medida que este modelo de negocio madura en los países participantes en el proceso, ya no contribuye tanto a la expansión del comercio. Lo mismo ocurre con el ingreso de nuevos miembros en la Organización Mundial del Comercio (OMC). Además, los esfuerzos por hacer avanzar la política comercial multilateral han sido arduos y lentos. Todos estos factores han restado impulso a la expansión del comercio.
Boletín del FMI: ¿Por qué es tan importante reactivar el crecimiento del comercio en este entorno de bajo crecimiento mundial?
Kaufman: El FMI tiene la atención puesta en las políticas que son necesarias para evitar que a mediano plazo el crecimiento mundial se estanque en una “nueva mediocridadâ€. El comercio, que complementa las reformas estructurales tradicionales, es uno de los focos; además, puede tener un efecto catalizador en otras reformas estructurales. Por esta razón, creemos que es un componente fundamental de la Agenda Mundial de Políticas del FMI y una de las reformas fundamentales que se necesitan para estimular el crecimiento mundial a mediano plazo.
Boletín del FMI: ¿Qué reformas contribuirán a estimular el comercio?
Kaufman: Los países de bajo ingreso (y algunos países de mercados emergentes) tienen que centrarse en integrarse al sistema de comercio internacional; es decir, desarrollar infraestructuras, mejorar las aduanas, crear un clima empresarial propicio y fortalecer los marcos de política y las instituciones económicas para imprimirles predictibilidad y credibilidad.
Pero una mejor integración con el sistema de comercio mundial también implicaría su liberalización, que consiste en reducir los obstáculos. En el caso de las economías avanzadas, esto significa centrarse cada vez más en la inversión, los servicios y la coherencia regulatoria. Estas son las nuevas fronteras en el ámbito de la política de comercio internacional.
Afianzar la coherencia de las regulaciones no es una tarea sencilla porque no concierne a un solo sector. Los alimentos son muy diferentes de la seguridad de los automotores y de los servicios financieros. El proceso es complejo, pero los beneficios de expandir la frontera comercial a la esfera de los servicios y de reducir los costos del comercio —para cada país a nivel individual y para la economía mundial en su conjunto— podrían ser sustanciales.