En el Informe Macroeconómico 2015, divulgado durante la 56 Asamblea de Gobernadores del BID que se realizó el fin de semana, observan que la volatilidad de los precios de materias primas enfatiza la necesidad de buscar mecanismos para gestionar las finanzas públicas con los menores sobresaltos posibles.

“En países con elevadas cargas fiscales y donde el sistema tributario puede distorsionar los incentivos, un aumento mayor de las tasas impositivas sería contraproducente, dado que se verían perjudicadas las inversiones privadas y la competitividad”, relataron.

Así que las alternativas estarían en la ampliación de la base tributaria o la reducción de partidas de gastos menos eficientes.

También hay oportunidades en la región para aumentar los ingresos mejorando la administración tributaria.

Por el lado financiero, proponen el manejo de coberturas petroleras para tener una mayor seguridad en relación con los precios supuestos en el contexto de los presupuestos anuales.

Ponen de relieve que se pueden utilizar los fondos de estabilización petrolera para atenuar la volatilidad de los ingresos de materias primas.

Los países de la región que tendrán menores ingresos fiscales provenientes de recursos naturales no renovables son Venezuela, Trinidad y Tobago, México, Ecuador, Colombia, Bolivia y Chile.

Recuperación en el 2018

Los economistas del BID proyectaron que quizá será hasta el 2018 cuando el precio del petróleo Brent llegará a 74 dólares por barril. Esto según su curva de futuros.

Pero advirtieron que el escenario podría ser peor; es decir, que tomaría más tiempo esta recuperación del precio si continúa retrasándose la corrección económica mundial, como ya sucedió este año.

“Si la recuperación global sigue retrasándose, es más probable que el precio del petróleo siga cayendo en lugar de recuperarse”.

Crecimiento “de modesto a bajo”

Bajo el mejor de los escenarios, que supone un precio del petróleo internacional entre 38 y 59 dólares, con una mesurada normalización de las tasas de interés de Estados Unidos y una persistente recuperación de aquel país, la economía de la región alcanzaría una expansión de 1.3% aproximadamente, estimaron.

Pero también consideran que si la desaceleración de Europa y Japón se profundiza y genera un shock, la tasa de crecimiento de EU se verá afectada y podría disminuir en una proporción de 0.4% anual los próximos dos años.

En este contexto, la actividad económica regional alcanzaría apenas una expansión de 1 por ciento.

Con estas dos posibilidades extremas, el BID estima que el crecimiento de México y América Central, en conjunto, sería de 2.7%; pero en el escenario más optimista, con una aceleración de EU y una caída mesurada del petróleo, la expansión podría llegar hasta 3 por ciento.

Advierte además que “la recuperación global, una vez más, se ha retrasado ante los precios más bajos de las materias primas como el petróleo y el menor crecimiento previsto para Europa, Japón y China”.

Fuente: eleconomista.mx