Desde que empezó la pandemia se crearon casi 50.000 huertas familiares

Publicado en fecha 25-08-2020
La iniciativa liderada por el Ministerio de Desarrollo Social (MDS), a través de su emblemático programa de protección social Tekoporã, permitió activar un total de 49.179 huertas familiares, en los 17 departamentos, con el fin de paliar la crisis económica generada a raíz de la pandemia del COVID-19, y contribuir al mejoramiento de la alimentación de las familias. 

Los funcionarios de campo realizaron los trabajos en distritos y compañías que albergan a familias protegidas por el programa social capacitándolas para la construcción de sus respectivas huertas.

Si bien la capacitación forma parte de uno de los componentes del programa, durante la pandemia se redobló la tarea con la puesta en marcha de cursos a través medios digitales, a los efectos de incorporar a más familias al proyecto de construcción de huertas.

“Ante la incertidumbre actual nace la urgente necesidad de revisar  prioridades en todos los ámbitos, más aún en lo referente a la subsistencia alimentaria de personas en situación de vulnerabilidad que deben replantear y fortalecer hábitos que garanticen su seguridad alimentaria, que es uno de los objetivos fundamentales del programa”, afirmaron técnicos de Tekoporã.

El trabajo del personal consistió en el asesoramiento a las familias para la preparación de áreas destinadas al cultivo de verduras y hortalizas. A esta iniciativa se sumó en forma paralela la ejecución o fortalecimiento de cría de aves ponedoras y  cría de cerdos que representan a corto plazo una opción de negocio familiar interesante para muchas familias. 

Los guías familiares en estos casos asesoran y acompañan a los titulares de derecho en trabajos de instalación para bebederos y comedores de sus animales, selección del tipo de alimentos, balanceados que garanticen un óptimo engorde.

El intenso trabajo desplegado por el Ministerio de Desarrollo Social tiene como premisa garantizar la seguridad alimentaria de personas en situación de vulnerabilidad, mediante el autoabastecimiento familiar durante la pandemia y propiciar iniciativas productivas de sustento económico que puedan incluso trascender la cuarentena.