Argentina, Uruguay y Chile, son los países más golpeados por recesión brasileña

Publicado en fecha 31-08-2015
“Economía de Brasil se contrae”, “Brasil regresa con fuerza a la recesión”, “Déficit presupuestario de Brasil sube”, eran algunos de los titulares que se leían,  ante el anuncio de la nueva contracción trimestral de la economía, reportada por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (Ibge).

De acuerdo con el organismo, el crecimiento del país se contrajo 1.9% en el segundo trimestre y sufrió un aumento en el déficit presupuestario primario de 2,810 millones de dólares. Ante estas malas perspectivas, Argentina, Uruguay y Chile serían los países más afectados de la región.

“Argentina es el principal aliado comercial de Brasil en la región. Eso sin olvidar que el país también tiene fuertes relaciones comerciales con Uruguay, Chile y en general los países del cono sur”, así lo aseguró Oscar Javier Martínez, investigador del Observatorio de Economía Internacional de la Universidad Nacional.

Particularmente Argentina disminuiría sus exportaciones de agroindustriales, carnes y lácteos hacía el país carioca. Para Julio César Botero, experto en asuntos internacionales del Politécnico Grancolombiano, “Brasil va a afectar a sus socios o proveedores, sobre todo los países del Mercosur, ya que los niveles de compra de la economía brasileña se van a ver fuertemente restringidos”. Sin embargo, el experto enfatizó que es muy probable que la balanza comercial no se vea tan afectada dado que “el país es un gran vendedor de commodities (alimentos) que aunque van a ser menos demandados, con la devaluación van a generar más reales”.

La situación económica y los casos de corrupción han debilitado la imagen de la presidenta Dilma Rousseff, quien a tan solo ocho meses de haber asumido su segundo mandato, ya se ha enfrentado a varias protestas multitudinarias en las que la oposición ha exigido su destitución o renuncia.

Según los expertos, los esfuerzos de la mandataria por recortar el gasto, aumentar los impuestos y contener la inflación no han sido tan eficaces.

Incluso, Rousseff tiene profundas dificultades para recuperar la confianza de los empresarios del país. Hoy, el índice de inversión completa la racha bajista más larga de la historia, con un declive por octavo trimestre consecutivo de 8.1 por ciento.

La demanda en los hogares también bajó a 2.1% (debido a que el desempleo alcanzó su máximo en cinco años) y los precios al consumidor escalaron cerca de 9%, en solo un año.

“El consumo interno, es el principal componente de la demanda agregada, ante la caída en los índices de empleo, considero que Brasil va a seguir perdiendo en crecimiento y competitividad, sobre todo en el sector manufacturero e industrial, ahora más con la devaluación del yuan”, explicó Martínez.

Adicionalmente en estos últimos 12 meses, el déficit fiscal primario (sin tener en cuenta el pago de los intereses de la deuda pública) trepó hasta alcanzar 0.89 % del PIB. Lo que significa que la meta del Gobierno de ahorrar 0.15 % del PIB este año, está cada vez más lejos. Por ahora, la presidenta lucha por alcanzar el reequilibrio de las cuentas públicas tras años de fuertes gastos, e intenta evitar que Brasil pierda la calificación de grado de inversión, el próximo año.