Y este es el caso de Nando Segovia, un joven de 19 años, que en plena pandemia puso en marcha no solo uno sino dos emprendimientos: Produce panes caseros, con la marca Pandos y también regalos para acontecimientos especiales con la marca Cuatro Ojos.

El emprendedor cuenta hacía un mes que había iniciado el cursillo cuando la pandemia se instaló en Paraguay y puso en suspenso sus sueños universitarios. “Hasta ahora no hay nada definido”, lamenta, pero asume una postura positiva porque, manifiesta, “la crisis pudo haber frenado mi ingreso a la universidad, pero no mi espíritu emprendedor”.

Cuenta que el primero de sus negocios lo inició con una módica inversión de G. 300.000 porque, hasta ahora, aprovecha los elementos de cocina de la familia, incluido un pequeño horno eléctrico de uso doméstico; y lo puso en marcha “casi por casualidad porque no se imaginó jamás que tendría tan buenas manos para la cocina”.

Al principio tuvo dudas, pero viendo que los panes son un producto de consumo básico y que la gente redescubrió el sabor de los panificados caseros durante la pandemia se animó a lanzarse en el rubro. “Empecé preparando panes para mi familia, le gustó tanto que me pidieron para regalarles a sus amigos por pascuas. Mis padres fueron mis primeros clientes, después les ofrecí a mis amigos y también le pedí a la dueña de la despensa de mi barrio que ponga en su mostrador un par de panes, que se fueron rapidísimo y así los Pandos se hicieron famosos”, narra.

Dice que ya perdió la cuenta de la cantidad de panes preparados hasta la fecha, pero sí tiene claro que a partir del primer mes el negocio se sustenta solo y le permite ahorrar parte de las utilidades para comprarse un horno más grande, con el que podrá incrementar su producción.

Con el objetivo de llegar más rápido a la meta de comprarse el horno, el joven analizó otras posibilidades para generar ingresos y percibió que en esta pandemia hay más necesidad que nunca por destacarse con los regalos para los seres queridos y que los presentes deben poder transmitir los sentimientos de uno hacia sus seres queridos.

Así inició su segundo emprendimiento, con una inversión que ronda los G. 800.000, utilizando una marca registrada por sus padres: Cuatro Ojos y que, según explica, evoca el espíritu de cooperación que debe reinar en los equipos de trabajo porque cuatro ojos ven más que dos, señala y cuenta que para el Día del Padre ofrece combos especiales, repletos de detalles y mucho cariño para mimar a los papás en su día.

El joven refiere que en los comienzos de este 2020 no se hubiera imaginado a sí mismo en ninguna actividad que no fuera dedicarse de lleno a sus estudios. “Me sentí muy mal al principio; pero entendí que no sirve de nada lamentarme por una situación que no puedo controlar”, agrega y concluye los desafíos a los que se enfrenta son enormes.

Mi meta es seguir estudiando, aunque este año ya no es posible retomar la universidad porque todo está parado. Por tanto, “lo que me queda es estudiar en casa y dedicarme a mis emprendimientos para hacerlos sostenibles en el tiempo y sobre todo rentables. El capital con el cuento por ahora es el completo apoyo de mi familia; pero el gran desafío es que mis proyectos caminen solos en el corto plazo y que, a mediano plazo, sean fuentes de trabajo para otras personas”, puntualiza el emprendedor.

Nombre: Nando Segovia

Edad: 19 años

Instagram: @nandomendozapy y @cuatroojospy

Teléfono: (0984) 148 000

G. 300.000 fue la inversión inicial para producir panes

G. 800.000 fue la inversión inicial para elaborar los combos de regalos

G. 100.000 en adelante cuestan los combos para el Día del Padre