Y ante las acusaciones de que el régimen de Nicolás Maduro busca sobornar a diputados a cambio de que no le den su apoyo para que pierda el control del Parlamento, el presidente interino reiteró que Maduro fallará en sus intentos de arrebatarle sus facultades.

“La reforma del reglamento la aprobaron 93 diputados y se requieren 84. Tenemos mucho más de lo necesario para la reelección en la Presidencia de la AN y la Presidencia interina”, declaró en una entrevista para ABC.

“Sabemos que van a intentar arrebatar nuestras facultades, como lo han venido haciendo desde el 2015, cuando ganamos las legislativas. Vamos a avanzar. Tenemos la mayoría absoluta y la vamos a ejercer a plenitud”, agregó.

Al ser consultado sobre lo que podría pasar el 5 de enero, el presidente interino precisó que sesionarán en cualquier lugar, ya que nada ni nadie logrará arrebatarles el derecho de legislar.

La bancada opositora que agrupa Guaidó es superior a la de Maduro. El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV, formación que lidera el chavismo) tiene 51 diputados, y la que representa el presidente de la Asamblea, tras varias fisuras y deserciones, está en los 93 escaños. El quorum se logra con 84 diputados (en total hay 167 escaños) y el presidente y los miembros de la mesa de la Asamblea quedan electos por la mayoría simple del voto de los asistentes.

Pero, según datos de la oposición, 27 diputados opositores están en el exilio y otros 29, enjuiciados sin que se les tenga en cuenta su inmunidad parlamentaria. Dos de ellos, Juan Requesens y Gilber Caro, están presos. 

No está claro, de momento, qué pasará con los votos de estos diputados. En un intento por blindar la reelección de Guaidó, la directiva de la Asamblea Nacional modificó el Reglamento de Interior y de Debates para hacer posible el voto a distancia de los diputados que están en el exilio. Sin embargo, acto seguido, el Supremo de Justicia, controlado por Maduro, emitió una sentencia que declara nula la medida.

Guaidó reiteró su rechazo a las recientes acciones del régimen contra dirigentes opositores y afirmó que el único objetivo es aniquilar el Parlamento.

“Esto es una dictadura y no un gobierno que reprime y tortura para aniquilar el Parlamento. Estamos protegiendo a los diputados perseguidos”, dijo el presidente interino reconocido por más de 60 países.

Asimismo, reconoció que, al haber subestimado al régimen, se ha impedido que se concrete un cambio político en el país.

“Subestimamos la capacidad de la dictadura de hacer el mal. En cualquier contexto normal ya se habría avanzado en un gobierno de transición”, manifestó.

Sobre una posible ofensiva del régimen en su contra, Guaidó aseguró que no se atreven a detenerlo por temor.

“Encarcelarme sería un bumerán contra la dictadura. Hoy no tienen la fuerza para hacerlo, Maduro no tiene ni el respaldo popular ni el reconocimiento de la comunidad internacional”, concluyó.