Según la Cámara Paraguaya de Contact Center y BPO (Capacc), el sector cerró el 2018 con un rendimiento del 10%. Para el 2019 estiman crecer un 5% más.

Pese a la situación económica de Argentina, que afectó a la industria local de contact center, cerraron un año positivo con un incremento del  10% respecto a la gestión del 2017, explica el vicepresidente de Capacc, Ramón Ramírez, quien hizo un balance de las acciones llevadas a cabo en el 2018 y a las que calificó de positivas.

“Este año proyectamos un crecimiento del 15%, pero dependerá de que podamos concretar las acciones previstas. En el mercado interno no tenemos muchas perspectivas de crecimiento, porque demanda un cambio cultural de las empresas que podrían requerir los servicios de nuestro sector, eso nos obliga a exportar nuestros servicios”, sostiene el empresario. Argentina era el foco principal de las exportaciones del sector, sin embargo, la coyuntura socioeconómica del país vecino obliga a los centros de contacto locales a mirar hacia otros destinos, entre ellos Chile, Perú o Colombia. “Independientemente de que esos países son importantes generadores de servicios, creemos que podemos concretar alianzas o, incluso, pueden estar interesados en cerrar negocios con naciones como la nuestra, dado que los mismos están llegando a un estado de madurez”, manifiesta Ramírez. Crear condiciones El vicepresidente de la cámara es consciente de que, si  bien la industria está pasando por uno de sus mejores momentos, todavía hay mucho que hacer para alcanzar el grado de desarrollo que proyectan desde Capacc.

“Tenemos que trabajar con el Gobierno para mejorar la marca país, a fin de que este sector pueda ser considerado en el exterior como un potencial proveedor de servicios de buena calidad y buen precio. Tenemos que disminuir las distorsiones que puedan generarse desde el punto de vista impositivo, eso es un elemento muy importante que debemos trabajar con el Estado; empujar las gestiones para evitar la doble tributación y lograr la exoneración del IVA”, apunta. Indica que de no trabajar estos aspectos, “la competitividad que hoy se tiene artificialmente podría verse debilitada o truncada por los esquemas impositivos entre los países”. Asimismo, señala que la formación es otro factor importante en la consolidación de la industria.

“Para poder atender un servicio cada vez más exigente, más analítico y relacionado con las nuevas tecnologías y con los canales digitales, debemos invertir fuertemente en la formación y en la especialización de las personas para satisfacer las necesidades del cliente. Más allá de contar con mano de obra joven, ávida por incorporarse al mercado laboral, y los mejores precios de la región; si la prestación de servicios no está equiparada con la alta calificación y competencia de los colaboradores, no vamos a poder competir con éxito”, puntualiza.