Tras el anuncio de Disney (con valor de 150.000 millones) de su propia plataforma de streaming y la salida de sus contenidos de Netflix, se esperaba que la compañía de Reed Hastings frenara su crecimiento de forma paulatina. Pero ni ese movimiento ha conseguido detenerles: El precio de las acciones de Netflix han subido un 70% en 2018, y siguen aumentando. De hecho, subieron un 4% 24 horas después del anuncio del nuevo acuerdo de producción con Barack y Michelle Obama.

Y parece que eso es lo que convence al mercado: los nuevos fichajes de Netflix de artistas, cineastas y personalidades de éxito para crear contenido original. Los Obama no son los únicos, ya que Netflix tiene varios proyectos abiertos con Guillermo del Toro, Michael Bay, Steven Soderbergh e, incluso, Martin Scorsese.

Este pulso entre Disney y Netflix refleja dos realidades: una, la incapacidad de la compañía de Mickey Mouse para crecer en los últimos años pese a sus grandes adquisiciones; y dos, la capacidad de Netflix para crecer aún no ha tocado techo. Quizá la compañía ahora apueste por comprar una cadena de cines que les permita estrenar sus películas en salas y conseguir entrar en la carrera por los Oscar con mayor facilidad.

De todos modos, tendremos que ver en los próximos meses si el valor de Disney en el mercado consigue un empujón con el lanzamiento del servicio de streaming en 2019. Aún así, Disney sigue ganando en ingresos por goleada, ya que esta gana de cuatro a cinco veces más por año que Netflix.