La autonomía económica de las mujeres es un tema pendiente

Publicado en fecha 22-05-2018
En su artículo de la revista Economía y Sociedad, Verónica Serafini resalta que es poco lo que el país está haciendo para impulsar su autonomía económica de la mujer, a pesar del importante rol querella cumple en la economía familiar y en el desarrollo del país.

Si el objetivo es reducir la pobreza en el país, las políticas públicas no pueden dejar de considerar las restricciones que enfrentan las mujeres a la hora de insertarse laboralmente para contar con ingresos que les permitan mantener sus familias y tomar decisiones con relativa independencia – menciona Serafini.

La experta comenta que la inactividad afecta principalmente a las mujeres. El 40,8% de las mujeres se declara inactiva en comparación con solo 14,0% de los hombres. En el sector rural la proporción de hombres disminuye a 12,1% y la de mujeres aumenta a 44,3%.

Según Serafini, las razones de inactividad son diferentes por área y sexo. Estas indican la importancia de analizar las restricciones que sus roles tradicionales imponen a las mujeres, la ausencia de servicios de cuidado que faciliten la decisión entrar al mercado laboral y, en la edad adulta, la menor cobertura de seguridad social.

La subutilización de la mano de obra femenina duplica la de los hombres. La tasa de subocupación por insuficiencia de tiempo afecta más a mujeres. El desempleo más el subempleo dan como resultado el nivel de subutilización de la mano de obra en una economía. Si se suman ambos problemas, casi el 17% de las mujeres no encuentra trabajo o trabaja menos horas que las que desea o está disponible, frente al 9% de los hombres – explica Serafini.

Para Serafini, las condiciones laborales de desempleo, subempleo, sobrerrepresentación en el trabajo familiar no remunerado y doméstico y por cuenta propia configuran un escenario de alta precariedad laboral, caracterizado por la exclusión de los mecanismos de seguridad social.

Verónica Serafini aclara que estas mujeres enfrentan altos riesgos frente a eventos individuales como la separación, la viudez, una enfermedad o el envejecimiento; y colectivos como las crisis económicas o agroclimáticas en el sector rural. Muchas de estas mujeres no participan en el mercado laboral o, si lo hacen, no tienen remuneración, o no cuentan con ningún tipo de transferencia del Estado.Por lo tanto, se encuentran fuera de cualquier mecanismo de protección social y están expuestas a caer en la pobreza si ya no lo están.

La experta concluye que en los últimos años, el crecimiento dio muestras de sus dificultades para generar nuevos puestos de trabajo y empleos de calidad, por lo que son cada vez más importantes las políticas agropecuarias y de empleo para garantizar que las mujeres puedan insertarse laboralmente y contar con un ingreso. El éxito de estas políticas solo será posible si se integran a otras políticas como las de cuidado y las de protección social.