América Latina alcanzará un promedio de crecimiento anual de 2,6% hasta el 2020

Publicado en fecha 26-03-2018
Después de dos años de contracción, la economía latinoamericana creció tímidamente (un 1%) en 2017. Los próximos años continuará por esta senda y alcanzará un promedio del 2,6% anual hasta 2020, según el último informe macroeconómico del Banco Latinoamericano de Desarrollo (BID), presentado  en Mendoza (Argentina).

El crecimiento, sin embargo, estará por debajo del que se espera en otras regiones como Asia (6,5%) y Europa (3,7%). El BID achaca este rezago a la insuficiencia de inversiones, especialmente en infraestructuras. “Latinoamérica y el Caribe tiene una brecha en este sentido del 5% del producto. Para cerrarla debería invertir 100.000 millones de dólares (81.000 millones de euros) al año durante las próximas dos o tres décadas”, explica Fabrizio Opertti, jefe de la división de Comercio e Inversiones de la entidad, que es la principal fuente de financiamiento para el desarrollo de América Latina y el Caribe. "Esto no hay que tomarlo como un problema, puede ser una oportunidad de asociación público-privada, de generación de empleo, que repercute en el crecimiento, genera eficiencias de transporte y conectividad".

Además de ser insuficientes, las inversiones que se hacen son pocos productivas. Un análisis del desempeño del crecimiento de la región que tiene en cuenta el aumento en aptitudes laborales, concluye que Latinoamérica y el Caribe prácticamente no aumentaron su productividad entre 1990 y 2017. En cambio, la Asia emergente registra un crecimiento anual promedio de esta variable del 0,22% para el mismo período.

“Durante los últimos 50 años, gran parte de los índices de crecimiento de América Latina han provenido de su creciente fuerza de trabajo. Estas tendencias favorables se están revirtiendo a medida que envejece la población. La región debe invertir más y hacerlo eficientemente para impulsar el crecimiento. Esto también ayudaría a garantizar la sostenibilidad fiscal”, asegura Andrew Powell, asesor principal del departamento de Investigación del BID y coautor del informe.

El economista jefe del banco, José Juan Ruiz, incide en que el crecimiento no es suficientemente veloz para satisfacer los deseos de la creciente clase media de la región. “El mayor desafío es aumentar los niveles y eficiencia de las inversiones para que la región se vuelva más productiva, crezca de manera más veloz y estable y resguarde a la región de shocks externos”, expone.

La importancia de la integración comercial
Otra de las recetas del informe es una mayor integración comercial entre países, el eterno pendiente de la región. El entramado de acuerdos entre países (al menos 33 entre los 26 miembros regionales del BID) es “complejo e inconsistente”. “Alrededor del 80% del comercio se encuentra bajo régimen de preferencias, de modo que en ese sentido la región no se encuentra lejos del libre comercio. Puede parecer que navegamos contra la corriente al proponer profundizar la integración en América Latina y el Caribe mientras algunas economías industrializadas parecen avanzar en la dirección opuesta. Sin embargo, los efectos de la liberalización del comercio pueden ser bastante diferentes en las economías emergentes en comparación con sus contrapartes más ricas”, explica Ruiz. El informe defiende este mecanismo como una de las pocas políticas que ofrece una oportunidad de crecimiento con un coste fiscal casi inexistente, ya que los acuerdos no requieren inversiones ni grandes desembolsos por parte de los países.

El escenario de débil crecimiento que pinta el BID podría incluso estar amenazado. Hay varios factores que pueden rebajar esta previsión. Si la inflación es excesiva las expectativas podrían rebajarse a un 0,7% anual. Otra posibilidad es que Estados Unidos crezca por encima de lo previsto, algo que dé pie a índices de interés algo más elevados y más movimiento en las políticas comerciales, lo que repercutiría de forma negativa en América Latina, especialmente en México y la región Andina.