Invertir o ahorrar, ¿qué conviene más?

Publicado en fecha 04-01-2018
Con la llegada de fin de año, también llegan los pagos extras y bonos que permiten hacer compras, invertir, pagar deudas, ahorrar, etc. Sin embargo, a veces el dinero se escurre de las manos sin entender cómo ni en qué momento. 

Según la última Encuesta de Inclusión Financiera, a finales del 2016, 3 de cada 10 personas poseían una cuenta de ahorro en bancos y 3 socios por cada 10 habitantes, poseían una cuenta de ahorro en una cooperativa. En el caso de las financieras, 3 de cada 100 personas poseía una. De acuerdo con los datos de esta encuesta los datos son prometedores. De igual forma, el informe sobre Inclusión Financiera 2017 publicado recientemente por la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban) señala que Paraguay se ubica entre los primeros diez países con mayores depósitos per cápita en América Latina. 

Sin embargo, es importante hacer la salvedad de que una cuenta de ahorro no implica necesariamente el ahorro como tal, sino que normalmente, es una cuenta utilizada para depositar salarios e ir administrando el dinero desde la misma. Con lo cual, los datos de las encuestas no son un reflejo exacto de las situación de ahorro en el país. 

¿Ahorro o inversión? 
El ahorro se trata de una porción de los ingresos que se separa o aparta del 'flujo de caja', con o sin un fin determinado. El mismo permite contar con un 'colchón' para salvar de aprietos o bien, hacer alguna inversión oportuna cuando la misma se presente. 

A diferencia del ahorro, la inversión está pensada para generar una renta a futuro o en un plazo que uno se proponga. Si bien tanto el ahorro como la inversión son generados por el impulso de la preocupación, o de la planificación y la ambición, conceptualmente son diferentes. 

El ahorro es un dinero con el que contamos en el momento que deseamos, ya que aunque el mismo esté en un depósito a plazo fijo, la persona puede suspender el plazo y retirar su dinero cuando lo necesite. La inversión sin embargo, es destinar el dinero en algo que dará retorno en el futuro, no pudiendo disponer de ese monto en cualquier momento. Por ejemplo, si se compra un terreno para construir una casa para luego alquilar, este alquiler recién podrá estar en el bolsillo del inversor, una vez construida la casa.

 Ambas opciones reflejan una visión a mediano y/o a largo plazo, además de una intención clara de planificar un futuro en el que los ingresos puedan redituar con creces. Sin embargo, siempre es bueno saber cuándo invertir y cuándo ahorrar. 

Ahorrar: siempre. Es fundamental para que el presupuesto familiar no se desbalancee ante ningún imprevisto. 

Invertir: el mejor momento para invertir es cuando uno detecta oportunidades antes de que las haya notado el resto de la gente. Por ejemplo, si muchas personas detectan una propiedad a buen precio, lo más probable es que la demanda haga que el precio aumente y la misma dejará de ser una 'oportunidad'. 

Según Francisco Gómez, Director Comercial de Fortaleza Inmuebles, muchas veces estos conceptos se mezclan: "no hay que perder de vista que la inversión tiene un objetivo de renta desde el vamos y el ahorro tiene otro tipo de objetivo". También agregó que cuando se trata de invertir, la confianza es lo más importante: "No es recomendable hacer inversiones en temas totalmente desconocidos para uno, la confianza en dónde se deposita el dinero es fundamental, las garantías que ofrece, quien ofrece el sistema de inversión, y los plazos que uno considere prudentes o razonables para obtener el rédito trabajando. Cuanto más confiable es la alternativa de inversión, más realista es el plazo en el que uno pueda destinarle dinero a dicha alternativa. En el caso de Fortaleza, ofrecemos un producto a 20 años, y eso requiere una generación de confianza muy importante en el mercado y con nuestra cartera de clientes"- puntualizó el empresario.