La industria automotriz en Brasil se recupera lentamente

Publicado en fecha 09-10-2017
La recuperación de Brasil ya impacta en la economía argentina, sobre todo en la industria automotriz. Tras dos años de crisis, con una contracción acumulada del PBI del 8%, el principal socio comercial del país crecerá 0,7% en 2017 y prevén una aceleración en torno al 2,4% para el año próximo. Para los analistas, son buenas noticias, pero advierten sobre el incremento del rojo comercial, un problema crónico, que podría ascender hasta USD8.600 millones en 2018, según proyecciones de Abeceb.

Ya desde este año, el tenue repunte brasileño se refleja en las estadísticas. En 2016, en plena crisis, la Argentina exportó a Brasil USD 9.027 millones, sobre todo autos (34% del total), bienes agrícolas (32,7%), químicos (11%), autopartes (9,8%) y minerales y combustibles (2,7%). Para este año, “las ventas a Brasil crecerán 4,5%, lo que en un contexto de estancamiento no es algo malo”, interpreta Belisario de Azevedo, experto en Comercio Exterior de la consultora Abeceb.

Lo cierto es que el déficit comercial con Brasil en el primer semestre ascendió a casi USD 7.000 millones, la cifra más alta de los últimos 15 años. La última vez que la balanza dio favorable a la Argentina fue en 2002, tras el derrumbe de las importaciones como producto de la crisis económica. Precisamente, los analistas coinciden en que el rojo es un problema estructural de difícil resolución, “que puede durar años”, dijo Horacio Reyser, secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería. El funcionario, sin embargo, reconoce que el tema preocupa, sobre todo “el incumplimiento” de los acuerdos sobre el intercambio bilateral en el sector automotor.

Tal acuerdo está basado en el coeficiente “flex”, que establece que por cada dólar (autos o autopartes) que la Argentina vende a Brasil puede importar hasta US$1,5 sin pagar tributos. “Hoy está por encima de 2 y es un volumen significativo y esperamos que se corrija. El mensaje del Gobierno es claro: queremos que se cumpla”, remarca Reyser. De todos modos, desde Cancillería señalan que existen otras posibilidades para incrementar el vínculo con Brasil, más allá de los autos, por ejemplo, en la exportación de servicios: software, asesoría contable, legal y técnica. “El país exporta al mundo en ese rubro más de US$6.000 millones anuales. Y a Brasil le interesa”, concluye Reyser.

En el corto plazo, si se cumplen los pronósticos de la recuperación económica de Brasil para 2018, “las exportaciones a ese país volverán a superar los USD10.000 millones, y es probable que superen los niveles de 2015”, señala un estudio de la consultora DNI. El informe subraya que los 4 sectores más beneficiados serían toda la cadena de valor del sector automotor; las industrias tradicionales (químicos, plásticos, máquinas y aparatos eléctricos y metales); agroindustria (hortalizas, legumbres y lácteos); y productos agropecuarios (cereales, sobre todo trigo).

De Azevedo, de Abeceb, cree que la brecha comercial no es algo preocupante. “Estamos en una etapa de recuperación económica en ambos países, pero son ciclos diferentes. La inversión en la Argentina creció 9% y eso se traduce en importaciones de bienes de capital: maquinaria, camiones, tractores, todo vinculado con una industria que empieza a crecer 4% interanual”, resume. No es un tema menor que desde el récord de 2013, al inicio de la crisis brasileña, las exportaciones argentinas hayan caído 48% por la contracción de la demanda en el vecino país.

Así las cosas, las exportaciones a Brasil se recuperan, pero el desbalance comercial se incrementa no sólo por el boom de importaciones de bienes de capital. Para Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de Ecolatina, también habría que considerar el retraso cambiario. “Cuando la Argentina crece, importa más porque aumenta la inversión. Y Brasil es proveedor de bienes de capital, transporte y autos”, asegura.

Como contrapartida, Sigaut sostiene que por la contracción en la demanda interna en Brasil el precio de los autos cayó, porque “con la demanda cayendo, la exportación fue el camino para salir de la recesión. Con esto, más el retraso cambiario, en Argentina el patentamiento de autos creció muy fuerte con la producción casi estancada”. Por otro lado, añade el economista, Brasil mejoró su tipo de cambio y su competitividad, con “una reforma laboral muy agresiva” (ver La reforma brasileña...pág 8).

La recuperación económica de los dos socios comerciales son datos promisorios pero la Argentina afronta el desafío de mejorar sus costos de producción. “Inversiones en infraestructura, transporte, logística, fletes, puertos, trenes, entre otros, mejora la productividad y el Gobierno da incentivos. Pero los frutos se verán a mediano plazo, de acá a 4 años. Hoy, las exportaciones están planchadas y las importaciones vienen volando”, describe Sigaut Gravina.

Son esfuerzos que valen la pena. De Azevedo puntualiza que “Brasil es un mercado muy grande y la inserción argentina es muy chica todavía”. En este sentido, enumera que hay muchas chances para aprovechar, en sectores como metalmecánica, cereales, carnes, lácteos, pesca y alimentos: “Son mercados con mucho potencial”, repite. Y también para la industria automotriz. Según Reyser, “el sector es el responsable de la mitad del déficit comercial y eso es por el incumplimiento del acuerdo”.

Con respecto a este punto, el Gobierno, más precisamente el Ministerio de la Producción, viene presentando reclamos a sus pares de Brasil. Reyser insiste en que “una mejora en los precios de los commodities (especialmente de los granos) nos permita recuperar el equilibrio”. Por el momento, las estadísticas ya registran el peso de Brasil en la economía local. Un informe de Abeceb indica que en el primer semestre del año, crecieron las exportaciones de bienes agrícolas (5%), autos (1,6%), químicos (4,8%), autopartes (9%) y minerales y combustibles (34%).