El regionalismo abierto fortalecerá las relaciones comerciales entre países latinoamericanos, afirma el Banco Mundial

Publicado en fecha 11-09-2017
Informe del organismo internacional analiza condiciones de las economías de América Latina y proyecta los beneficios que tendrían si se lograra un regionalismo abierto.

Como una salida al estancamiento económico de América Latina y el Caribe, el Banco Mundial, en su informe ‘Mejores vecinos: hacia una renovación de la integración comercial en América Latina’, plantea que, si se fomenta el regionalismo abierto, se mejorarían las relaciones comerciales entre países latinoamericanos y se generarían beneficios económicos que hagan frente a la coyuntura internacional y las bajas expectativas de inversión extranjera en la región.

Según el Banco Mundial, el periodo comprendido entre 2015 y 2016 se caracterizó por la caída de las economías de América Latina y el Caribe, lo que conllevó a una fuerte recesión. Para 2017, no se muestran expectativas de que se acabe la desaceleración económica que afronta la región: la crisis económica y política que vive Venezuela y el estancamiento de países como Ecuador, llevan a que el pronóstico de crecimiento económico de la región esté en 0,8%.

Un regionalismo abierto entre los países los podría proteger de cualquier coyuntura internacional negativa. Hacerlo implicaría, para el Banco, que en la región se reduzcan los aranceles, se profundice en la integración de todo el continente, se disminuyan las normas que regularizan el comercio, se rebajen los costos de transacción y se fortalezcan los mercados de trabajo al igual que los flujos de capital.

Samuel Pienknagura, economista sénior en la Oficina del Economista Jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, plantea que la cercanía geográfica y los flujos de capital son factores determinantes para generar beneficios económicos a través del comercio regional.

“En la medida en que el regionalismo abierto genere los incentivos propicios, esta estrategia puede impulsar el desarrollo económico de toda la región, pues ante la cercanía geográfica, el movimiento de capital y trabajadores implica que el éxito económico de un país va a tener efectos positivos en todos los países de la región”, dice Pienknagura.

El informe estima que a medida que los países sean más distantes la probabilidad que pasen por un mismo nivel de crecimiento disminuye. Y estima que las variaciones entre los ciclos económicos se reducen entre 0,15 y 0,20 en países que se encuentran cerca.

En torno a los acuerdos comerciales, la preocupación recae sobre las pérdidas que podrían obtener los países menos desarrollados, debido al incremento de la competencia en los mercados. Como medida de control, Pienknagura sugiere que “los procesos de integración vayan acompañados de mecanismos de protección social y de programas que faciliten el ajuste de las economías que se integran, así como el movimiento de los trabajadores y el capital a los sectores más productivos de la economía”.

María Esperanza Cuenca, profesora del IEEC de Uninorte, indica que los países de la región con menores niveles de desarrollo podrían incurrir en costos elevados para adaptarse a las implicaciones de los acuerdos comerciales. “Los beneficios del comercio, a largo plazo, dependerán de las acciones que se tomen para aprovechar la nueva coyuntura internacional”, señala.