Actualmente, las actividades se centran en el esparcido de arena; posteriormente, se pasará a los trabajos de mantenimiento, consistentes en el retiro de troncos, algas, piedras, y gajos de pastizales del lugar. 

“Estos trabajos son muy necesarios para dejar totalmente apta la zona a los bañistas”, sostuvo el ingeniero Fernando Barúa, de la OD.CE. “Le llamamos ‘playa mansa’, porque tiene un régimen de aguas calmas, en función a los elementos de contención que previmos en la etapa de planificación”, explicó.

Según Barúa, como se trata de una playa artificial, la arena tiende a migrar paulatinamente hacia el embalse. Para evitar ese efecto, y a través de un proceso de alta ingeniería, se realizó una protección contra el oleaje (espigón enrocado), que hace que el agua se aquiete. 

Por otro lado, acotó, se procedió a la colocación de un cordón de contención longitudinal, denominado geotubos (bolsas de materiales geosintéticos), rellenados con arena, para la contención de la playa. “Se utilizó aproximadamente 8 mil metros cúbicos de arena”, precisó el ingeniero. 

“Hay que tener en cuenta que la ejecución de la playa artificial se realizó en condiciones totalmente desfavorables, además del limitante que es el nivel del embalse. Primero, se procedió al retiro de cúmulos de piedra que existían en la zona, en situación sumergida. Las máquinas excavadoras debieron entrar hasta el medio del agua para poder sacar todas las piedras, sobre las cuales se asientan los geotubos, por medio de un sistema de carga y retiro de pedraplén de avance”, añadió. 

Posteriormente, continúo explicando, se prevén trabajos complementarios para dotar de la infraestructura necesaria a la playa, como camineros, barandas de protección, rehabilitación de los quinchos, baños, que ya fueron ejecutados, y otros elementos que harían mejor aprovechable la estadía del público en la zona.

Según el ingeniero Fernando Barúa, su habilitación sería a inicios del verano, aunque es difícil dar una fecha exacta para la inauguración, porque se está trabajando con una dificultad, no menor, que es la inestabilidad del nivel del embalse. 

“Las aguas suben, entonces se hace muy difícil trabajar en la playa; cuando hay bajante aprovechamos para hacer algún trabajo. Por otro lado, queremos concienciar a la población sobre el cuidado de toda la infraestructura a ser construida, de modo a preservar lo que es de cada uno de los habitantes de la ciudad, logrando así el máximo aprovechamiento”, puntualizó. 

Por su parte, el director de coordinación ejecutivo, Pedro Domaniczky, sostuvo que tanto ITAIPU como la Municipalidad de Hernandarias trabajan en conjunto, a fin de definir cómo administrar la futura playa. 

“Estamos estudiando, conjuntamente con la Municipalidad y técnicos del sector, para avanzar en el procedimiento jurídico de habilitación de la playa; posiblemente se hará una licitación de arrendamiento”, comentó. 

“También estamos analizando lo relacionado a seguridad y normativas, porque no es un tema menor la calidad y la atención de la Entidad a todo lo que es seguridad. Como siempre decimos, y lo reitera constantemente el director general James Spalding, estamos haciendo que la visión del presidente Horacio Cartes se convierta en acción”, finalizó el director de coordinación ejecutivo.