El BCE mantiene tasas de interés

Publicado en fecha 09-06-2017
El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo sin cambios sus tasas de interés, en su mínimo histórico desde hace más de un año y, aseguró , no contempla bajarlas más, al tiempo que se declaró optimista sobre la evolución económica de la zona euro.

Según analistas, el hecho de que no contemple bajarlas a medio plazo es un pequeño cambio en el lenguaje de la institución, que indica más confianza en la economía de la zona euro y podría ser el punto de partida de un futuro abandono de su actual política monetaria acomodaticia.

“Esperamos que las tasas se mantengan en sus niveles actuales por un periodo prolongado”, dijo el presidente del BCE, Mario Draghi, en una rueda de prensa tras la reunión del consejo de gobernadores, el órgano ejecutivo que, excepcionalmente, se reunió en Tallin (Estonia).

La institución mantiene así su tasa principal en 0%; la aplicada a la facilidad de préstamo en 0,25% y el interés de facilidad de depósito en -0,40 por ciento.

Por el momento, no piensa subirlas hasta “mucho después” de que termine su programa de compra de deuda pública y privada (el llamado QE, Quantitative easing), que se prevé durará hasta el 2018.

Este programa mantendrá, hasta entonces, su ritmo de compra mensual en 60.000 millones de euros.

La compra de deuda y las tasas bajas empezaron como una medida del BCE para luchar contra la deflación, que afecta negativamente a la actividad económica, un riesgo que ahora parece alejarse.

Presiones
El BCE también mejoró sus previsiones de crecimiento para la zona euro en 1,9% para el 2017, frente a 1,8% en su previsión anterior, pero revisó a la baja las expectativas de inflación a 1,5% para el cierre de este año.

En los últimos meses, la inflación ha sido muy volátil, “casi totalmente por el precio del petróleo y de la comida (...) nada ha cambiado en términos sustanciales”, precisó Draghi, cuyo objetivo es mantener la inflación en un nivel cercano, pero no superior a 2 por ciento.

“Todos estos factores terminarán por desaparecer, la calidad del empleo mejorará, la productividad también. Tenemos más confianza en que el rumbo de la inflación convergerá hacia nuestro objetivo de manera más duradera”, añadió.

En cuanto al crecimiento, dijo que “los riesgos para el horizonte de crecimiento están ahora claramente equilibrados”.

El jefe del BCE insistió en que “hay que ser perseverantes, necesitamos acompañar la recuperación con nuestra política monetaria”.

Según Carsten Brzeski, economista de ING-Diba, “está claro que el BCE está intentando ser lo más prudente posible para salir progresivamente de sus medidas monetarias no convencionales”.

El BCE quiere, sobre todo, evitar agitación en los mercados y teme que el fin de su programa de compra de deuda haga subir las tasas de interés y perjudique a los estados más endeudados de la zona euro, como Italia.

Al mismo tiempo, la institución está bajo la presión de algunos de sus miembros para poner fin al que consideran justificado porque no hay riesgo de deflación.

La entidad, con sede en Frankfurt, también está bajo la presión política de países fiscalmente conservadores, como Alemania, que temen las consecuencias de las tasas bajas y de una inflación al alza para sus ahorristas.