Si ahorrar dinero fue una de tus metas de fin de año, probablemente a esta altura del 2017 ya tendrás una idea de si lo lograrás. En caso de que la respuesta sea negativa, no estás solo: en promedio, América Latina y el Caribe es de las regiones que menos ahorran en todo el mundo. 

Solamente tres de cada diez personas reconocen utilizar el banco para ahorrar dinero, según una estadística elaborada por el economista argentino Eduardo Cavallo y presentada en la XXVI Ciclo de Jornadas Económicas. 

Cavallo, quien lidera el Departamento de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo, coescribió el libro Ahorrar para desarrollarse: Cómo América Latina y el Caribe puede ahorrar más y mejor. En este, junto a un grupo de investigadores, aborda el problema desde la perspectiva personal hasta la del sistema bancario. 

“Todos necesitamos ahorrar”, expone el economista. “Un mito que intentamos desmentir en el libro es que una persona pobre no ahorra por su condición económica”, agrega. Según el argentino, el problema es que en la región se guarda poco dinero dentro del sistema de banca formal.

Eduardo A. Cavallo: "Todos necesitamos ahorrar. No es cierto que una persona pobre no ahorra por su condición económica" 

Esto genera un círculo vicioso en el cual los bancos tienen una cantidad limitada de capital que pueden prestar en crédito y, por ende, el sistema financiero se vuelve pequeño y no puede darle cobertura a todos. Además, resulta costoso utilizar los bancos y obliga a los ciudadanos a recurrir a la informalidad, donde terminan pagando aún más por los recursos que necesitan.

A su vez, los ahorros generalmente son mal canalizados y se utilizan solo para consumo. Finalmente, esto lleva al país a una baja productividad porque no hay inversión de esos fondos en infraestructura o bienes. 

Cavallo señala que hay realmente pocos incentivos para meter el dinero al banco. “No hay instrumentos financieros para que las personas puedan acceder al sistema bancario”, critica el economista. 

En A. Latina y el Caribe, las personas no ahorran en el sistema formal por los altos costos, escasa cobertura y desconfianza. 

El estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo diferencia entre dos tipos de ahorro. El primero se refiere al obligatorio que se realiza con aportes del seguro social, el cual servirá para financiar una futura jubilación. El segundo es por aportes voluntarios que se realizan dentro de las familias.

Para el experto en finanzas personales, Eduardo Palacios Lima, el problema de la primera opción es que debido a varios factores económicos es probable que la pensión con el tiempo se vuelva insuficiente. Además, la inversión en seguros médicos y otros servicios privados tampoco es una apuesta sostenible para el futuro. 

Para lograr ahorrar con éxito, Palacios Lima recomienda tener en cuenta tres consejos claves: 

Lo más importante es querer llevar un estilo de vida que nos permita prepararnos para el futuro. Pero no solo para cuando surja una emergencia, sino también para desarrollarse después. “Uno puede tener la fórmula, pero si no se está dispuesto a cambiar el estilo de vida por uno que permita guardar una parte de los ingresos, no sirve de nada”, dice el experto.

Al final, lo más importante es tener claridad de que el ahorro debe ser para obtener un ingreso sostenible en el tiempo. “Si no tenemos aspiraciones no vamos a poder ahorrar”, agrega el experto. Por eso hay que ahorrar para invertir en activos o en negocios que puedan permitirnos recursos a largo plazo. 

“Muchos de nosotros estamos queriendo vivir el tipo de vida que nuestros papás no nos pudieron dar: gastando dinero en salir a comer todos los fines de semana, por ejemplo. Pero la verdad es que si hacemos números es imposible llevar ese estilo de vida”, explica Palacios.

Los expertos recomiendan destinar el 10 % del total de los ingresos a ahorros. Con el tiempo de ahí saldrán los recursos para inversiones.

Fuente: BID