El rival de Apple se ha recuperado rápidamente del costoso fracaso del Galaxy Note 7 del año pasado, a pesar de un escándalo político en el que se ha visto implicado el vicepresidente Jay Y. Lee, que compareció el viernes en un tribunal de Seúl, acusado de varios cargos, entre ellos el de sobornar a la destituida expresidenta surcoreana Park Geun-hye.

El líder mundial en microprocesadores de memoria dijo que su utilidad operativa probablemente alcanzará los 9.9 billones de wones (8,800 millones de dólares), frente a la media de 9.4 billones de wones arrojada por la mediana de las previsiones de analistas consultados en un sondeo de Thomson Reuters.

Los ingresos subirían 0.4%, a 50 billones de wones, justo por encima de las previsiones de los expertos.

“El negocio de semiconductores probablemente ha sido el principal motor de los beneficios”, dijo el analista de Heungkuk Securities Lee Min-hee, quien añadió que las ventas de teléfonos avanzados de gama media y baja también contribuyeron a mantener la rentabilidad del negocio de teléfonos móviles.

Las acciones de Samsung cayeron 0.57%. Entre enero y marzo, sus ventas subieron a 41,513 millones de euros, 0.44% más que en el mismo periodo del 2016..

El resultado operativo obtenido por Samsung está por encima de las previsiones de la mayoría de los analistas y habría sido favorecido por el incremento de la demanda global de semiconductores.

Aunque, se prevé que sus áreas de telefonía móvil y tecnologías de la información aún vean lastrados sus resultados por la suspensión de las ventas el año pasado del Galaxy Note 7, la compañía confía en impulsar su recuperación con el inminente lanzamiento de los modelos Galaxy S8..