Fuga de mandiocas a Brasil impacta en las industrias almidoneras

Publicado en fecha 03-04-2017
Este es el mejor momento para la producción de mandioca en los últimos cinco años. El precio por kilo se encuentra en el orden de G. 560, a diferencia de inicios del año pasado que estaba en torno a G. 170 el kilo. Pero la industria almidonera, que se sustenta en el cultivo de mandioca, enfrenta nuevos retos, como la fuga del producto al Brasil, lamenta el gerente administrativo de Codipsa, Oscar León.

Codipsa es una de las principales productoras de almidón en Paraguay. Su producción representa prácticamente el 50% del total de almidón elaborado por las industrias locales, con un volumen promedio de 30.000 toneladas anuales. El año pasado, la empresa procesó 21.000 toneladas de mandioca y sus proveedores son unos 2.000 a 2.500 productores.

Según León, los productores de mandioca viven, desde mediados del 2016, un momento muy bueno por la suba del precio del producto, pero lamenta que esta situación no se traslade al campo industrial, que resiente la falta de mandioca y más aún la fuga del alimento al Brasil. “Las industrias prácticamente nos estamos peleando por la poca mandioca que hay en plaza”, refiere, al quejarse del impacto negativo que tuvo el ingreso de brasileños en territorio paraguayo, quienes llevan a su país la producción local de contrabando.

“Gran parte del aumento del precio de la mandioca se dio para intentar frenar la fuga de mandioca hacia el Brasil, lo que nos impactó negativamente porque no podemos trasladar ese costo al producto final”, expresa el ejecutivo y agrega que el año pasado se consumió prácticamente toda la mandioca, no hubo replante suficiente por falta de semilla o por falta de tierra, porque muchos productores alquilaron sus tierras para la siembra de otros cultivos, como soja, o por falta de recursos económicos.

Todo esto se suma a otros desafíos que enfrenta el sector, señala el directivo de Codipsa, al mencionar la falta de disponibilidad de semillas para reestablecer la cantidad óptima de mandioca y la escases de créditos para los productores de mandioca y la lucha contra cultivos de rápida rotación, como la soja que en cuatro meses está lista para su comercialización, en tanto que la mandioca requiere alrededor de un año para su cosecha.

“El rubro de la mandioca es el sector menos apoyado por el Gobierno. El mayor desafío es encontrar una institución que pueda apoyar a los productores a recuperar la motivación, de manera que sigan plantando, ya que este es un producto que tiene infinidades de uso y aplicaciones, incluso como alimento familiar; no es como el algodón que no se puede comer", reprocha.

Visión para el futuro
A pesar de la coyuntura, Oscar León se manifiesta optimista y augura un futuro interesante, teniendo en cuenta los precios actuales, que según indica se van a mantener y pueden servir como incentivo para que los productores sigan plantando la especie.

Por otra parte, el industrial afirma que Codipsa cuenta con cantidad suficiente de almidón en stock, por lo que los consumidores finales no resentirán la falta de materia prima. “Tenemos la mayor cantidad de almidón en stock actualmente porque quedamos con un poquito del año pasado y ya comenzamos a molinar en tres de nuestras cuatro plantas y la cuarta comenzará a funcionar desde este lunes, lo que significa que tenemos almidón suficiente para el mercado local”, apunta.

Codipsa vende con marca propia a redes de supermercados y de distribuidores, y también a las chiperías. El alto ejecutivo de la firma reconoce que es poco lo que ellos, como industria, pueden hacer para atajar el contrabando de mandioca al Brasil.
“Tenemos productores leales porque les estamos ofreciendo constantemente asistencia técnica, pero uno bien sabe que ese tipo de fidelidad desaparece cuando uno tiene hambre y necesidades que cubrir, entonces la segunda mejor arma que tenemos es intentar frenar la fuga de mandioca con el precio, aunque tampoco podemos hacerlo de manera agresiva porque no podemos trasladar ese aumento al almidón”, expone, al manifestar que operativamente la situación arroja pérdidas a la industria, dado que 60% de su producción está destinada a la exportación, para lo cual se deben mantener precios competitivos.