El comercio del Mercosur cayó a niveles de antes de la formación del bloque

Publicado en fecha 12-03-2017
Fernando Masi
El comercio entre los países del Mercosur ha caído a niveles muy bajos, similares a los existentes antes de la firma del Tratado de Asunción en 1991. El desafío más importante para los gobiernos de la región es volver a hacer de la integración un instrumento de desarrollo.

Un reciente estudio sobre el comercio exterior brasileño muestra la tendencia de ese intercambio del Brasil con países desarrollados y países del Sur (en desarrollo y emergentes), entre los años 1995 y 2014. La intensidad del comercio exterior brasileño con los países del Sur es notoria en los años 90, pero va perdiendo fuerza en la década siguiente frente al comercio con los países desarrollados .

Más concretamente, la intensidad del comercio del Brasil con sus socios del Mercosur y el resto de América del Sur disminuye sensiblemente desde 2004 hasta 2014. En cambio, se mantiene la intensidad del comercio con los países emergentes medios (India, Rusia, China y Sudáfrica), con el papel preponderante de China, que es el primer receptor de todas las exportaciones de América Latina. De todas maneras, los números muestran que la mayor intensidad del comercio del Brasil en ese período es con Estados Unidos, Alemania y Japón.

Es decir que, contrariamente a la política inaugurada por el Brasil en los primeros años del nuevo milenio, de privilegiar los acuerdos y relaciones con los países del Sur, es su comercio con los países desarrollados y China el que terminó siendo el más importante.

Teniendo Brasil el mayor peso específico en el Mercosur, el comercio de este bloque muestra la misma tendencia. O sea, que la participación del comercio intra Mercosur disminuye drásticamente en los últimos quince años, con relación al comercio con el resto del mundo. Con la creación del Mercosur en 1991, el comercio de los cuatro miembros fundadores (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) aumentaba rápidamente y se ubicaba en alrededor del 25% del total de exportaciones del bloque regional a fines de 1998. Es así como el Brasil, que solo destinaba alrededor del 7% de sus exportaciones a los países del Mercosur en 1991, incrementaba esta participación a 17% del total en 1998.

Las cifras del comercio intrarregional
Pero en el año 2005 las exportaciones intra bloque ya constituían solo el 15% del total de exportaciones del Mercosur, participación que disminuye al 14% en 2010 y a solo 11% en 2015. En términos nominales, las exportaciones intra bloque crecían a un ritmo de 8% anual entre 2005 y 2010, para pasar luego a un crecimiento negativo de -3,6% anual en los cinco años siguientes. De otro lado, las exportaciones del Mercosur al resto del mundo crecían a un promedio anual del 10% entre 2005 y 2010, para luego disminuir a un promedio de -1% anual entre 2010 y 2015.

La disminución de las exportaciones totales de los países fundadores del Mercosur, especialmente a partir de 2010, coincide, por supuesto, con la declinación del comercio mundial en los últimos cinco años. De todas maneras, este declive es mucho mayor en el comercio intra Mercosur, que da lugar a un descenso brusco de la participación de las exportaciones a la región, en comparación con sus exportaciones al resto del mundo.

La participación del Mercosur como destino de las exportaciones de cada uno de los cuatro países miembros muestra con mayor claridad aún esta disminución del comercio intrarregional. Así, por ejemplo, las exportaciones argentinas al Mercosur, que en 1998 constituían el 35% del total, bajan a la mitad en 2005 y se recupera levemente en los años posteriores, pero sin sobrepasar el 18% en 2015. En el caso del Brasil, la participación del Mercosur como destino de sus exportaciones se mantiene en el mismo nivel hasta 2005, para luego disminuir significativamente, hasta solo 10% en 2015. En el caso de las economías pequeñas, los porcentajes de reducción son aún más importantes. Tanto el Paraguay como Uruguay destinaban el 53% de sus exportaciones al Mercosur en 1998, pero esa participación cae al 20% y al 32%, respectivamente, en 2015.

El ingreso de Venezuela al Mercosur no modifica esta tendencia de disminución significativa del comercio intra Mercosur. En todo caso, lo que hace es contribuir un mayor volumen de exportaciones del bloque al resto del mundo, permitiendo que las exportaciones totales del Mercosur solo se estanquen y no declinen entre 2010 y 2015. Así, el crecimiento negativo afecta únicamente a las exportaciones intra bloque, cuya participación baja, con la presencia de Venezuela, del 12,8% del total en 2005 a solo 9,7% en 2015.

La inclusión de Venezuela en el cuadro de exportaciones tampoco modifica la tendencia de participación de las exportaciones de las economías menores en el Mercosur. En el caso de Argentina y Brasil las modificaciones son muy pequeñas, casi marginales. Es así como la participación de las ventas argentinas al Mercosur aumenta levemente de 17,2% en 2005 a 20% en 2015, en tanto que las de las exportaciones del Brasil al Mercosur disminuyen de 17,8% a 11% en el mismo periodo. Las exportaciones de Venezuela al Mercosur son casi inexistentes en todos esos años.

El porqué de la caída del comercio intrarregional
Varias son las causas que pueden explicar esta reducción tan significativa del comercio intra Mercosur en los últimos diez años. La primera, por supuesto, tiene relación con el boom de los commodities. Al aumentar la demanda mundial de materias primas agrícolas, principalmente, los países del Mercosur se especializaron fuertemente en la producción agropecuaria. A ello se debe que los países mayores de la región hayan dejado de lado sus industrias para intensificar la producción primaria. Se habló, incluso, de la reprimarización de economías industriales como la del Brasil.

Así, los rubros industriales que siguieron en auge son aquellos que alimentan el comercio intrarregional. El Brasil y la Argentina fueron los principales proveedores de bienes terminados de manufacturas y de bienes de capital (maquinarias) e insumos para la producción industrial de sus propios países y del resto del Mercosur. Y aquí, justamente, se encuentra una segunda posible explicación de la disminución del comercio intrarregional: la irrupción de China como proveedor de bienes manufacturados, desde los básicos hasta los de más alta tecnología.

China desplazó a las manufacturas de las economías mayores del propio bloque para erigirse en uno de los principales proveedores de bienes de capital e insumos para la producción industrial de los países del Mercosur. Y no solamente ha empezado a relegar a las manufacturas hechas en el Mercosur, sino también a manufacturas importadas por el Mercosur desde Estados Unidos y Europa.

Una tercera explicación tiene relación con el desempeño económico de los miembros del Mercosur en los últimos años, principalmente de las economías mayores. Los problemas de sus finanzas públicas incidieron fuertemente  en el desempeño de las economías de Argentina y Brasil, que se encuentran actualmente en recesión y, por lo tanto, con escaso dinamismo comercial externo, principalmente en lo que concierne a rubros industriales.

También la ausencia de esfuerzo de los países para la formación de cadenas de valores intra Mercosur es un factor que frenó el crecimiento del comercio intrarregional. Estas cadenas de valores  deberán ser fundamentalmente de carácter industrial con el liderazgo del Brasil como país industrial más avanzado. Sin embargo, se observa una creciente pérdida de competitividad de la industria brasileña en los últimos años. Asimismo, puede ser advertida la falta de visión de los gobiernos del Mercosur para entender esta estrategia de desarrollo y de comercio. Estrategia que en los últimos años permitió a los países asiáticos (grandes, medianos y pequeños) crecer y aumentar significativamente su comercio intrarregional, lo que posteriormente dio lugar a acuerdos de libre comercio entre ellos .

Hoy el Mercosur se encuentra estancado no solamente porque no hay un progreso institucional del bloque o por los problemas políticos de Venezuela. Lo está porque los gobiernos, en los últimos cinco años, han dejado de mirar al Mercosur como una opción de desarrollo y de crecimiento comercial. El hecho de que solo el 9,7% de las exportaciones de los países del Mercosur tengan como destino mercados del propio bloque es una prueba elocuente del real estancamiento del proceso de integración. Un eventual acuerdo con la Unión Europea puede promover un mayor nivel de inversiones en la región para alentar el comercio intrarregional basado en encadenamientos industriales. Aunque también puede solo reforzar la tendencia de los últimos años de especialización en la exportación de commodities al resto del mundo.

Es hora, pues, de replantear la integración regional para hacer que la misma sirva realmente al objetivo del crecimiento económico y comercial.

 

La participación del Mercosur como destino de las exportaciones de cada uno de los cuatro países miembros muestra con mayor claridad aún esta