Como si con ser madres, esposas y emprendedoras no fuera suficiente, estas mujeres se lanzaron a la arena política, que siempre estuvo minada de varones, y lograron posicionarse en puestos que hasta hace muy poco parecía solo destinado a los del sexo masculino.

María del Carmen Benítez, de Ybycuí (Departamento de Paraguarí), Claudia Sosa de Dávalos, de Fulgencio Yegros (Departamento de Caazapá), y Norma Elizabeth Godoy Jorgee, de Mbocayaty del Guaira (Departamento de Guaira), fueron electas como intendentas en sus respectivos municipios y actualmente se desempeñan también como presidenta, vicepresidenta 2º y miembro de la Mesa Directiva, respectivamente, de la OPACI.

La presidenta e intendenta María del Carmen soñó con ser jefa comunal de Ybycui, su ciudad, desde su época de colegio. Está cumpliendo el tercer periodo consecutivo como tal, según señala. “Muchos reían (por mi sueño), otros aplaudían y otros acompañaban. No fue fácil el primer periodo. Hoy puedo decir que fui electa intendenta de mi ciudad por tercer periodo consecutivo, gracias a que más personas se jugaron y confían en mi gestión. La mujer cuando toma el desafío de asumir una institución empresarialmente, en la parte privada, en lo que sea, nunca fracasa, porque no tenemos derecho a equivocarnos y porque, como hay pocas posibilidades para las mujeres a los cargos importantes, las honramos de la mejor forma para no restar oportunidades a las demás mujeres. Hay que ir sumando”, asevera.

La intendenta está casada con el diputado nacional Tomás Rivas y ambos son padres de Jefferson (22 años de edad) y Jessica (17 años).

Para la máxima autoridad de OPACI, la mujer de por sí, al ser madre, se constituye en un valor importante en la comunidad y más todavía cuando la mujer madre ejerce un cargo. “Cuando va a firmar algo, un proyecto, realizar o inaugurar una obra, lo primero que ve presente es la familia, los hijos, poder honrar el apellido que lleva y, sobre todas las cosas, tener en cuenta también que no por casualidad son los cargos. Los cargos electivos llegan con la confianza, depositada en uno por cada elector, por su deseo de lo mejor para su comunidad”, reflexiona.

En cuanto al sostén de su rol como intendenta y autoridad de una organización con 54 años de existencia, la intendenta y presidente de OPACI sostiene: “Estar en pareja con alguien que ejerce en política vale mucho, además de la fuerza que constituyen mis compañeras, las intendentas Claudia, representante de Caazapa, como vicepresidenta; Norma, que representa al departamento de Guaira, una intendenta comprometida, y Beatriz de Torales, que representa a Caaguazú, intendenta de Repatriación”.

Añade que para ellas representó un desafío tomar el timón de la OPACI, que es una organización que aglutina a todas las municipalidades del Paraguay y en tiempo de crisis ponerla en las manos de la mujer no fue fácil. “Creo que vamos por buen camino, porque tenemos el compromiso de luchar por cada intendente municipal, por cada municipalidad de cada ciudad distante del país y como somos del interior es aún mayor el compromiso de fortalecer el esfuerzo que hace cada uno de ellos”, destaca.

Sobre la dificultad de trabajar entre mujeres, la intendenta asegura que: “Muchas veces se dice que entre las mujeres reina el celo, la mezquindad, sin embargo entre nosotras se da todo lo contrario. Compartimos experiencia entre las colegas intendentas. Yo, por ejemplo, cuando voy a promocionar no promociono solo mi ciudad. Hablo de Mbocayaty, de Fulgencio Yegros, de la zona de Repatriación, porque en una ciudad donde la mujer es la que está al mando de la comunidad, es la jefa comunal, ya se nota los detalles desde la propia entrada, hay manos de mujer, los detalles se cuidan, hasta la bandera está en el lugar correcto (risas). No es por menoscabar la labor de los colegas varones, pero hay que valorar eso. Las mujeres le dan el toque especial, ya sea para las fiestas patronales, los eventos, etc.”.

A modo de ejemplo, resalta la labor de la intendenta Claudia Sosa de Dávalos, quien tiene un evento muy importante, según María del Carmen, que es el “Festival del licor”, que creció bastante; y la de la jefa comunal Norma Godoy Jorgee, en Mbocayaty, donde los desfiles marcan una diferencia, trabajando de cerca con la juventud. “Les invitamos a que puedan ir hasta nuestras ciudades y ver lo que hacemos en el interior profundo. Esa fuerza del interior es la que aglutinamos en la Organización Paraguaya de Cooperación Intermunicipal (OPACI)”, resalta la intendenta Benítez.

Por su parte, la intendenta de Fulgencio Yegros, Claudia Sosa de Dávalos, vicepresidenta 2º de OPACI, manifiesta que hace solo ocho días se festejaba el valor de cada mujer paraguaya, por su entrega cotidiana en diferentes ámbitos, pero que hoy en el Día Internacional de la Mujer se tiene que lastimosamente hablar sobre violencia.

A pesar de dicho contexto, la jefa comunal asegura que toda mujer puede aspirar a algo y ganar. “Cualquier mujer que se proponga puede llegar a ser excelente en lo que le toque. Siendo ama de casa puede ser la mejor mamá,  siendo enfermera, maestra, en lo que nos toque siempre podemos ser mejores. La verdad, hoy en día todas las mujeres ejercemos todos esos roles”, afirma.

Casada con Avelino Dávalos, gobernador del sexto departamento, y padres de Julieta (16 años), Oscar Federico (10 años) y Estefanía (6 años), asegura que para cualquier mamá es difícil dejar la casa y para las que ocupan un cargo público es doblemente difícil, porque tienen que escuchar muchos problemas y convivir también con esos problemas hasta en su propia casa.

Añade que ocupar el cargo de intendenta es un desafío cotidiano. “Cada día es un pequeño paso hacia adelante, porque tenemos que quemar etapas, haciendo caer esas barreras que están dentro de la comunidad”, acota.

Sobre el desafío de obtener la codiciada cuota de poder, la intendenta Sosa de Dávalos, quien en este primer periodo como jefa comunal cumplió su primer año de gobierno, señala que es más difícil, porque la mujer está más expuesta a todo. “Creo que Gracias a Dios ya tenemos más oportunidades y campo, donde podemos demostrar que todas las mujeres podemos”, afirma.

Reconoce que en su distrito existen aún muchos problemas por resolver, sobre todo los relacionados a sus congéneres, pero prefiere destacar la presencia de numerosas féminas muy trabajadoras que día a día salen adelante. “Por eso, acompañamos a las mujeres de nuestra comunidad en sus proyectos productivos, en salud, educación, en todos los ámbitos”, aseveró denotando su gran compromiso con ese sector.

Por su lado, Norma Elizabeth Godoy Jorgee, intendenta de Yataity Guaira y miembro de la Junta Directiva de la OPACI, lamenta el índice de violencia existente contra la mujer, que se remarca en las fechas conmemorativas como la presente. “Debemos asumir un compromiso de estar más unidas y fuertes ante estas situaciones, a fin de hacer que esto se reduzca drásticamente. El compromiso es aún mayor para las que ocupamos un cargo público”, reconoce.

Cuenta que fue reelecta como intendenta de su ciudad, por segundo periodo consecutivo, lo que le obliga a honrar al género y a su familia. Comenta que está casada con Juan Carlos Ibarra, quien se desempeña como gerente de una financiera, y con él tienen dos hijas, Johana (20 años de edad) y Clara Luz (15 años).

En cuanto a sus logros como jefa comunal, replica lo que oye de sus compueblanos. “Todos destacan que de ser un pueblo abandonado, Yataity del Guaira pasó a ser una ciudad bien cuidada, porque las mujeres llevamos eso desde nuestros hogares. Somos administradoras, somos las que cuidamos la limpieza y eso instalamos en toda la ciudad. Considero que también en la OPACI se logró cambios. En toda la historia de esta organización, hoy tenemos una mujer presidenta y cuatro mujeres en la mesa directiva, y ese es un gran paso que las propias mujeres debemos valorar. Cuanto más espacios conquistamos más estamos sumamos y con una lucha entre todas en igualdad de condiciones vamos a llegar a disminuir esto que hoy se acentúa y que es la violencia contra la mujer”, reflexiona.

Consultada de si es suficiente el deseo de un conglomerado de personas para que una mujer gane un cargo como el de ella, responde: “Considero, desde mi experiencia, que la gente ve el trabajo de la persona ante una institución pública. En el primer periodo gané por 150 votos, en el segundo ya fue por 2200 votos. Considero que es un reconocimiento de mi comunidad, sin distinción de partidos políticos inclusive, viendo el esfuerzo que una mujer hizo y más en un país machista, porque conquistar votos masculinos para el primer periodo fue difícil. Pero después del trabajo reconocido, ya fue más fácil”.

Luego, hace un llamado a todas las mujeres de los municipios del país. “Anímense a ser protagonistas del desarrollo del país, a competir, sabiendo que nosotras podemos igual que los varones”, expresa.

A pesar de los grandes desafíos, tabúes y problemas diarios que debe resolver como intendenta, también reconoce que el cargo le provoca satisfacciones. “El poder ayudar a mucha gente, el poder desarrollar una comunidad, son grandes satisfacciones”, resalta.

Luego exclama casi como una oración: “Ojalá que se vaya dando oportunidades no sólo para mi sino para todas las mujeres. Está en las mujeres conquistar los cargos. Nadie se va a ir a regalarles. Así que mujeres, a luchar, ya sea por un espacio público, en el área social, en lo que sea”, concluye.