En el primer mes de este año Tenonderã suma 79 nuevas familias de estas comunidades al proyecto, quienes a partir de ahora darán andamiaje a los diversos perfiles de negocio del Programa en rubros como apicultura, cría y venta de ovejas, cabras, ganado vacuno y pesca. La entrega de recursos realizada este último viernes en estas comunidades contó con la presencia del director del Programa Tenonderã, Enrique Rodríguez, la Jefa de operaciones Perla Servián, los líderes de las comunidades indígenas y participantes del Programa Social. 

A partir de ahora los participantes incursionarán en negocios familiares como almacenes de consumo, carpintería, albañilería y peluquería. 

Los perfiles de negocios fueron asignados de acuerdo a la iniciativa particular de cada grupo familiar, teniendo en cuenta no solo sus preferencias sino además su competencia. Para el efecto se realizó una evaluación de perfil y una capacitación semanas previas a la entrega del capital, dotando a los participantes de las herramientas financieras necesarias para garantizar el éxito del negocio o proyecto solicitado. 

La importancia del capital, el control de los ingresos y egresos, la calidad del producto y el mercado son algunos de los ejes del contenido temático desarrollado en los talleres que se imparten in situ y que están a cargo de los Gestores del Programa Social de la SAS. 

El objetivo del Proyecto Ñepyrura instalado en Bahía Negra desde hace 1 año, es que las comunidades puedan generar sus propios ingresos mediante emprendimientos sostenibles, si bien la mayoría de los habitantes tienen como medio de subsistencia la pesca y en época de veda reciben el subsidio, esto no es suficiente y no les permite tener un horizonte esperanzador para salir de su situación de pobreza, por lo que el Proyecto se convierte indudablemente en una alternativa de gran valor para todas las familias incorporadas al Programa Social. 

El Proyecto que arrancó en el año 2016 con la entrega de batelones, artículos para pesca, electrodomésticos y utensilios para diferentes tipos de negocios permitió a las familias incursionar en una primera etapa en el rubro de pequeños comercios como copetines, pescaderías, y almacenes, dedicándose un gran porcentaje de ellos a la venta de productos comestibles para abastecer las necesidades básicas de alimentación de los pobladores del lugar. 

Cabe resaltar que la distancia de las comunidades de los principales centros de abastecimiento, mantiene a los pobladores prácticamente aislados y por ende con la dificultad de acceder a mercaderías básicas de consumo, por lo cual el impacto del proyecto en esta comunidad desde esa mirada es altamente positivo. 

La provisión de equipos en la primera etapa de Ñepurura significó subsanar de alguna manera uno de los síntomas principales de la vulnerabilidad, la situación territorial que los distancia aún más de la posibilidad de mejorar sus condiciones de vida. El Proyecto que la SAS pretende potenciar a lo largo del año prevé la incorporación de más familias a este tipo de emprendimientos, los que representan para las diversas comunidades una de las puertas de entrada a la auto sostenibilidad y una oportunidad para cortar los vínculos que genera la codependencia, es de hecho un paso más para seguir buscando la manera de sacar a las familias de su situación de pobreza y vulnerabilidad.